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Las
jornadas en el Teatro Cervantes se están contando por llenos y tras
Julio César, nuestros malagueños de FeelGood también pudieron
comprobar como su tierra les devolvía el cariño yendo a verles y
con una gran ovación al acabar la representación
Tras
ver FeelGood,
no sé si me da más miedo las ironías que he reconocido en esos
diálogos tan mordaces que esconden tanta verdad o que la causa que
tiene que ocultar uno de los protagonistas para no perjudicar al
Gobierno del que forma parte, aunque sea muy ficcionada, no me
parezca tan alejada una posible futura realidad.
Estas
son las sensaciones que te provoca la obra, reconocimiento de la
crítica al poder, a la manipulación, a los que denigran a los que
se manifiestan por la lucha de sus derechos, al periodismo, a la
estrategia y a los trucos verbales que se usan para conseguir el
propósito que un Gobierno quiere, mantenerse al mando y que nadie le
jorobe la fiesta.
Los
actores realizan un trabajo extraordinario de juego dinámico entre
ellos y de ceder, en ocasiones, un protagonismo a otros actores
siendo la burla de los discursos principales de la historia. Me han
gustado mucho ambos bandos, el que recibe todas las palabras soeces y
lo echan continuamente del escenario y los que tratan de esa manera
tan cruel a las personas que trabajan con ellos en el equipo.
Si
una ironía está exquisitamente bien hecha, funciona a la
perfección. Aunque se exagere en muchos puntos, si está
inteligentemente y emocionalmente ajustada, da ese giro y esa
comparación perfecta para que te quedes con los mensajes que te
quiere lanzar para que consideres como está el mundo en estos
momentos.
Saben
jugar con la música y hasta con las dichosas vocecitas y musiquita
de espera cuando llamas por teléfono, para hacer las transiciones de
decorado que no necesitan una escenografía muy voluminosa pero si
efectiva para lograr contextualizar lo que se quiere contar en cada
una de las escenas.
Una
cosa que he agradecido mucho de FeelGood
es que el ritmo va de menos a más, conocemos a cada uno de los
personajes del equipo de Gobierno, reconocemos también su
personalidad y de ahí, de ese momento más bien neutral, ya empiezan
a suceder los acontecimientos caóticos que irán subiendo de
categoría hasta llegar a un final indesvelable, pero no porque sea
lo lógico para no chafar esta obra de teatro si no que es que es tan
cerrado y bueno que sería imposible que nadie pudiera adivinarlo.
Siéntanse
feelgood y no se pierdan este reto tan arriesgado pero a la vez tan
certero en las muchas tablas por donde van a pasar durante esta gira,
porque si me hacen pensar y ver el mundo desde su perspectiva irónica
de esta forma resulta más efectiva que cualquier clase o debate
político que ustedes puedan escuchar. Gran acierto apostar por este
texto y formar una compañía tan seguro que auguro que va a dar más
sorpresas si sigue apostando por este equipo electoral teatral. Mi
voto lo tienen.
2 comentarios:
Muchas gracias, Natalia, por tu cariñosa crónica. Nos alegra no haberte decepcionado. Nos vemos en junio, que andaremos por Marbella.
Un abrazo Feelgood
A vosotros por conseguir realizar vuestro sueño teatral y que yo lo disfrutara en ese patio de butacas del Teatro Cervantes. Mucha suerte en esa gira y estaré expectante a que hagáis nuevos proyectos como este.
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