viernes, mayo 30, 2014

Resumen de Prensa (30 de Mayo)

DIARIO SUR
LA OPINIÓN DE MÁLAGA
MÁLAGA HOY 

El partido de Granger, el espíritu de Suárez y la evolución de Fran

Estoy contentísima por haber superado este primer difícilisimo partido de play off por parte de mi Unicaja pero no lo logro saborear como antaño.

La ceguera de mi infancia en Ciudad Jardín cuando mi grandullón se quedaba callado y no entendía porqué no respondía a los cánticos y se quedaba perplejo mirando la cancha y animando por su cuenta cuando el partido lo necesitaba, era algo que no me entraba en la cabeza. Hasta esta temporada dónde ya me he abierto los ojos del todo y más que nunca comprendo su postura.

Entiendo también porqué no le gustaba que me metiera en foros de baloncesto y que me dijera que sería más feliz aprendiendo a ir sola a los partidos, disfrutarlos desde tu asiento y analizarlos del coche a casa hasta el partido siguiente. El abanico de descalificaciones y de consideraciones como si todos fuéramos entrenadores y tuviéramos la verdad absoluta es apabullante. 

El resumen es que nos ha costado, dios y ayuda, ganar este partido. En ese primer cuarto, el Gran Canaria nos ha tomado la medida y no creo que por lo que dice Joan Plaza que nos ha costado entrar en el partido. Ellos sabían que su baza era ganar este, poner la carne en el asador desde el primer minuto y lograr llevarse ese 0 - 1 para el fortín canario. Si sorprenden desde el principio, al Unicaja le iba a costar más remontar una ventaja amplia. La suerte es que no les hemos dejado que eso ocurra y hemos encontrado las herramientas necesarias para superar esta situación tan adversa. Pero me asusta esa facilidad que tiene nuestro equipo para que siempre entren en el partido con más fuerza y tengamos que remontarlo. Con el Madrid, no nos salió bien la jugada y no me gustaría que fuera una tónica habitual

La clave ha estado, sin duda, en Granger. Un jugador que no gozaba de mi devoción por sus altibajos, porque no me gustan las estrellas de un partido y que en los importantes desaparezcan y no asuman responsabilidad. Hoy lo ha hecho ante un Calloway que no estaba, pero que no se olvide nadie que ha estado en muchos partidos importantes y discrepo de la opinión con la que he discutido con un aficionado en el descanso que Calloway no defiende y sino que se lo cuenten al Chacho a ver si no sigue teniendo pesadillas con él. Bueno a lo que voy, le ha dado es punto de rapidez, transición de balón, asistencia, visión periférica y las características necesarias para que haya sido el jugador que le ha dado la vuelta al partido y ha logrado que ganemos. Ha contagiado a un Fran Vázques ha ido de menos a más en su defensa y cuando Fran defiende bien, pide balón en ataque y no hay quién le pare. Pone un tapón y sube enseguida a bloquear para que un compañero entre a canasta o coge un rebote y pasa rápido para un contraataque. Da gusto verle jugar en esta temporada.

Pero este año me quedo con Carlos Suárez. Qué miedo de su madriditis protestona y quejica y cómo ha cambiado este jugador quitándole esas tonterías. De los jugadores más completos que he visto en una cancha. Hoy Joan Plaza ha dicho en rueda de prensa que espera más de él. Me ha faltado ese reconocimiento a su valor constante, a su regularidad y a esa fuerza que le hace capturar unos rebotes impensables. ¿Qué podía tirar más? Es cierto. Pero como hablaba con este mismo señor al descanso, hay jugadores que no se dan a notar por sus entradas artísticas o sus triples, trabajan y trabajan sin descanso para que el juego del equipo fluya y Carlos lo ha hecho desde el primer partido. Estoy feliz de verle jugar. Da gusto.

Y bueno el tema que me ha hecho no disfrutar del todo esta victoria es escuchar a Joan Plaza felicitar a Los Mihitas y al Fondo Verde por su ánimo para que el Unicaja logre esta victoria. Estrategias que le haya mandado el club o no, lo cierto es que me ha dolido ese reconocimiento.

Me ha dolido porque desde que mi padre me hizo pisar una cancha en Ciudad Jardín no he fallado a ningún partido (sólo mi estancia en Barcelona y partidos muy escasos por causas familiares). Y a mi no me tiene que decir nadie que vaya a animar ni me tiene que decir cómo tengo que hacerlo. ¿Vale la oficiosa y la de los demás, no? El baloncesto lo concebí desde siempre como un espectaculo libre donde el público se manifiesta como quiere. Hay veces, que el equipo está veinte abajo y yo grito desde encima del palco presidencial, VAMOS VAMOS y la gente me mira raro en plan, "esta chalada que hace" pero cuando se ponen a tres puntos, el bombo suena, de repente nos acordamos de Málaga, Málaga y la gente se apunta al carro. No es justo que no valga lo mío igual que lo de los demás.

Voy al Carpena como iba a Ciudad Jardín a disfrutar del baloncesto, meterme con los árbitros si considero que lo hacen mal y animar a mi equipo en las buenas o en las malas. No hace ni una semana que no había un alma en el Carpena, sino los que queremos al equipo, los que el club no nos cuida (bueno lanzando una gorra de Coca Cola que creo que es lo único que me han dado en los 18 años que llevo de socia) y los que nos ponen el "I will survive" y subimos las banderas que ese sí es nuestro himno, alegre, divertido y con ritmo, no una sosaina triste de alguien que no sabe ni lo que es un campo atrás. 

Yo no soy bandera de nadie, yo soy unicajera, he sido de Curro Avalos, Dani Romero, Marcaccini, Babkov, Miller, Ansley, NDong, Weiss, Cabezas, Paco Vázquez, Alfonso Reyes, Risacher, Mrsic, Garbajosa, Brown y muchos más. Cuando gritan lo de "No juegas solo, si yo estoy aquí", no han estado siempre, esos bombos y esas trompetas o ¿recordamos la espantá por diferencias con el club?. El Carpena no vuela, volaba Ciudad Jardín cuando éramos humildes y hacíamos bailes divertidos con el Europeo de Turquía. Eso era volar.

Me vuelvo a repetir pero me dieron mucha envidia las aficiones de los equipos de la Copa del Rey. No necesitaban himnos, estaban sus gargantas, bueno al menos eran canciones animosas y no para cortarse las venas con letras profundas que ni lo son.

Sería completamente feliz si el club y su entrenador nos reconocieran nuestra dedicación. Nuestra incondicionalidad. No hemos tenido excusas, hemos ido a ver baloncesto y hemos criticado coherentemente si han perdido. No nos subimos al carro de la oportunidad cuando van ganando y conviene. He estado cuando perdieron en casa con el Valencia, Cai (las dos veces la de Liga y la de Copa del Rey), Laboral Kutxa, Barcelona, Joventut (que me dolió en el alma) y la última con el Madrid. No voy con otra equipación que no sea la del Unicaja, que cada vez lo que puebla por el Carpena, tela marinera y encima cantan "Unicaja yo vivo por ti". Y ¿quién me felicita a mí?. No. Sólo malas caras cuando en los momentos que nadie grita, lo hago yo.

Pues seguiré con mi filosofía grandullona y los veré de esa manera porque no lo concibo de otra. Porque el baloncesto se disfruta así. Pero espero que se logre rectificar en ese camino, escuche un himno de verdad que refleje lo que sentimos los verdaderos aficionados y al menos nos divirtamos y movamos las caderas y que el club reconozca mi ánimo constante que para mí fue el ejemplo de cómo se anima a tu equipo en este deporte que es mi vida. 

A por ellos el domingo. Nada de pensar que está todo hecho. Intensidad, trabajo y juego en equipo. Así ganaremos.

jueves, mayo 29, 2014

Presidenta del club defensor de las comedias románticas (de antes)

Este artículo está inspirado en una conversación reciente con mi amigo, el actor, Noé Lifona. En ella, recordábamos esas comedias románticas que nos entusiasmaron, sobretodo, por sus diálogos míticos que estoy como loca por reproducir en su voz cuando consigamos tener nuestra emisora de radio soñada. (De hecho, aunque empezamos con fragmentos teatrales, mi idea principal era llegar a estos momentos peliculeros para derretirme en los micrófonos con sus voces)

El hecho es que noté que él las sentía igual que cuando yo las ví en mi adolescencia. Lo que siempre se les critica es su falta de conexión con la realidad y que resultan repetitivas. Concepto que entiendo que llegue a sus detractores pero en mi caso, y sé que en el de muchos y muchas que las recuerdan también, eso no era lo más destacado y lo principal. Esas películas cumplían mi misión cinematográfica de evadirme del mundanal ruido. De soñar. De ponerme en el lugar de esas actrices deseando que me dijeran esas frases y quedarme con una expresión perpleja de felicidad. De pasear por esos rincones donde sólo se pueden expresar esas frases de amor. De tener una relación loca con tu mejor amigo o el chico con el que todos saben que vas a acabar al final, que tenga esa confianza y ese descaro y que, al final, sucumba en un romance. De las canciones perfectas que envuelven esas historias. De que me saquen a bailar aunque los dos no sepan. Y, en definitiva, de entrar en esa locura sin fin que me han regalado los mejores momentos en una sala de cine.

Muchas de ellas, son de mis favoritas, por culpa de mi grandullón. A partir de los 14 años, cada fin de semana alternábamos para elegir qué película veíamos los dos y era muy curioso. Yo siempre buscaba las que él le fueran a gustar y viceversa (excepto con la reposición en el 97 de “La guerra de las galaxias” que está la eligió sin duda sabiendo que no iba a escoger nunca una peli que consideraba de marcianitos y menos mal, que insistió). Así que mis comedias románticas las disfrutaba con él. Y digo disfrutar de verdad, las elegía por mí, pero nos encantaban, siempre salíamos con eso de vaya peli más tonta pero qué bien nos lo hemos pasado y siempre recordábamos escenas. Se reía muchísimo con ellas y mucho más con las comedias, en los que nuestros gustos siempre fueron muy particulares y casi ninguna cumplía con lo que nos interesaba. Para eso, nos poníamos “La vida de Brian” en casa o simplemente recuerdo sus mejores carcajadas con “Airbag” y “Chá chá chá” y pocas más.

Así que lo que me he decidido hacer es un ranking de mis 10 favoritas con el fin de querer conseguir lo mismo que me ha pasado buscándolas, que las recordéis, esbocéis vuestra mejor sonrisa y que añadáis las que os falten. Sólo he incluido diez, para que no sea un listado eterno, y se me han quedado fuera bastantes. Estas son las elegidas:

10. LA CASA DEL LAGO (2006)
Sandra Bullock y Keanu Reeves

Esta fue una vuelta atrás a tantas comedias con las que había disfrutado. En realidad, se acerca más al drama que a la comedia romántica, pero las echaba tanto de menos que me acercaron con sus miradas y esa imposibilidad de verse por esos momentos en el tiempo diferentes que esa casa les determinaba. Iba a poner “Mientras dormías” pero en este baile encontré mucha más verdad que en esa relación con Bill Pullman. Y sí, seguiré defendiendo a Sandra Bullock, a Keanu menos que parece propenso a hacer cosas cada vez más raras, ¡ vuelve con Sandra !


 
9. LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (1997)
Julia Roberts, Dermot Mulroney y Cameron Díaz

Esta ha sido de las pocas que he ido a ver dos veces y no por voluntad fanática. Una por mi grandullón y otra porque mis amigas querían verla y no las convencí por ir a ver otra a pesar de repetir una y otra vez que ya la había visto. Me gusta el comienzo con esa canción tan pegadiza, me gusta esa tensión nerviosa de Julia volviéndose majarona perdida intentando ridiculizar a Cameron Díaz, me gusta la escena del karaoke, la de la gelatina y el crèmè brulè que no logró encontrar, la confesión y la sorpresiva parte final. Como no, me gusta Rupert Everett cantando ese “I say litle prayer for fou”. Esos móviles ladrillo que empiezan a hacer furor en las películas. Y me gusta este “y si...” donde los dos no se dicen nada y con el baile posterior que no sale en el vídeo, se dicen tanto...


 
8. CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY (1989)
Billy Cristal y Meg Ryan

Hay mucho más que la famosa escena parodiada del orgasmo. Hay diálogos brillantes. Un amigo que no vas a tener así en la vida. La dirección de Rob Reiner y el guión de Nora Ephron. Meg Ryan recuerdo que era guapa. Billy Cristal no me pegaba ni con cola, hasta que empezaron a discutir en la primera escena. Y adoro esta película por esta confesión en Nochevieja


 
7. UNA CUESTIÓN DE TIEMPO (2013)
Domhnall Gleeson y Rachel McAdams

La gran sorpresa actual en cuanto a comedias románticas se refiere. Aunque no me debería extrañar tanto estando Richard Curtis a la dirección. Recuperé mi sonrisilla tonta sobretodo con el protagonista y las decisiones que toma por mejorar la vida de la chica a la que quiere. Todo lo hace por ella. Por el vestuario de Rachel McAdams que lo quiero todo para mi (vestido rojo más que nada). Porque respeta la filosofía de historia tonta rodeada de entrañabilidad. Porque el actor de nombre impronunciable es un Hugh Grant con mejor dotes de actuación y más creíble. Porque es un amor. Por la banda sonora maravillosa. Y por las explicaciones finales de para qué va a usar ese armario que le atrasa en el tiempo al momento que él elija


 
6. NOTTING HILL (1999)
Julia Roberts y Hugh Grant

Sí. Lo primero que hice al pisar Londres fue ir a la librería, donde ya no venden guías de turismo, sino que hay una librera que está hasta las narices de que la visiten por la película pero por otro lado, si no hubiera película, ¿quién sabe ni que existe?. En fin, le perdono porque le encontró un libro de Lego ideal a Carlos. Me gusta el papel tonto tímido de Hugh Grant. Que salgan Rhys Efans y Lord Grantham de “Downton Abbey”. Me gusta la banda sonora. El parque donde leen. La dulzura del rostro de Julia cuando conoce a la familia de Hugh. Su cara también cuando sale del mundo artístico y puede disfrutar. Y ese “solo soy una chica delante de un chico pidiéndole que la quiera”


 
5. LOVE ACTUALLY (2003)
Pechá de gente

Por Richard Curtis again. Porque recuerdo que mi grandullón lloró con el niño y con otras parejas infelices pero no viene al caso. Porque no nos reímos con el pesado de Mr.Bean. Por Billy Nighy again. Por el gran Alan Rickman. Porque se salía de lo original y lo corriente. Porque todas las historias tenían un sentido especial y no había ninguna descartable. ¡Sale Martin Freeman! (en la escena de los actores porno). Tengo que volver a verla. Por la canción “Christmas all around”. Y por los carteles


 
4. JERRY MAGUIRE (1996)
Tom Cruise y Renee Zellweger

¡Qué injusticia que este hombre se quedara sin el Oscar! ¡Bárbaro en esta película! Se sigue demostrando que la Lawrence es una copia barata de la bollos original Sellweger. El niño es adorable. Comienza el ciclo de niños adorables. Enséñame la pasta. Bolsa de peces. Ternura. Riesgo. Dulzura. Banda sonora “Secret Garden” de Bruce Springsteen. No tengo el doblaje en español pero os pongo la transcripción y la escena en inglés de lo mejor de lo mejor. Ya me ganaste con el “Hola”


Jerry Maguire
Tom Cruise (Jerry): Hola. Hola. Busco a mi esposa

Espera. Ok, Ok. Ok. Si aquí es donde tiene que pasar, aquí pasará. No te dejaré deshacerte de mi. ¿Qué tal? Esto solía ser mi especialidad. Ya sabes, Yo era bueno en la sala. Ellos me enviarian ahí, yo lo haría solo. Y ahora yo... Yo no se. Pero esta noche, nuestro pequeño proyecto, nuestra empresa, tuvo una gran noche. Una gran, gran noche. Pero no estaba completa, no estaba ni cerca de estarlo, porque no pude compartirla contigo. No pude escuchar tu voz, o reir sobre ello contigo. Extraño a mi esposa. Vivimos en un mundo cínico, un mundo cínico, cínico, y trabajamos en un negocio de competidores duros. Te amo. Tu me completas. Y yo sólo...


Renee Zellweger (Dorothy): Cállate, sólo cállate, me tenías desde el hola. 

 
3. PERSIGUIENDO A AMY (1997)
Ben Affleck y Joey Laurie Adams

Odiaba esta película porque era la favorita de un ex y me recordaba a él. Mi amor actual adora a su director, Kevin Smith, y me obliga de nuevo a verla. Ya la puedo ver siempre. Lo que hace después, excepto con “Jersey Girl” (¿veis, niña adorable?), sigue sin gustarme. Sorprendente. Más coloquial. Y ese monólogo de Ben Affleck, aunque no fuera la persona indicada, me lo dijeron. Ahora espero que el siguiente en el futuro sea de verdad. Obviando esto, es una declaración emocionante de principio a fin y yo no sé como ella puede poner todo el rato ese rostro de enfado


 
2. ALGO PARA RECORDAR (1993)
Tom Hanks y Meg Ryan

Mi tándem favorito y mi directora favorita, Nora Ephron. Niño adorable. Tensión hasta el final. ¿Otra vez Bill Pullman?. Tu y yo. Cuando estuve en Nueva York, subí al Empire State prácticamente al mismo momento que en la película. Meg Ryan guapa. Cómo la recuerdo, ahora no existe. Y la radio. ¿Una premonición?. Quizás porque siempre decía que yo hubiera aprovechado más la llamada de Tom Hanks. En la escena falta esa maravillosa respuesta de ¿Qué tenía de especial su esposa? ¿Cuanto dura su programa?. ¡Quiero entrevistar a alguien así!


 
1. TIENES UN EMAIL (1998)
Tom Hanks y Meg Ryan

Me repito con mi tándem. Lo sé, es una copia de “El bazar de las sorpresas”. Me da igual. La tienda de la vuelta de la esquina. Las margaritas y el resfriado. Deletrea F O X. Somewhere over the rainbow. El perro. Cuando él se da cuenta quién es ella y hace todo tipo de artimañas para desestabilizarla y llevarla como quiere. Por ese final. Por Nueva York. Por las risas de mi grandullón. Porque nunca me olvido de esta película cuando nombro mis favoritas. Porque es la única donde una pareja corta sin malos rollos y con todo tipo de entendimiento. Por Greg Kinnear. Por Starbucks. Por el caviar que sólo coge Tom Hanks del plato. Por esas ventanas de email antiguas y entrañables. Por Kathleen Kelly y Joe Fox. Por Meg Ryan guapa, guapa, guapa, que ahora no es de verdad. Por Tom Hanks y cómo la engaña y cómo quiero que me engañe a mí. Por cómo echo de menos a Nora Ephron. Porque siempre le agradeceré que me diera esta película. Y los vestidos de Meg Ryan. Y porque cuando vi por primera vez esta secuencia entendí su frase de ¿Qué tienen los hombres con “El Padrino”?


Resumen de prensa (29 de Mayo)

DIARIO SUR
LA OPINIÓN DE MÁLAGA
MÁLAGA HOY

miércoles, mayo 28, 2014

Nueva York: Nueva vida pero cierra el McClarens

La semana pasada tuve la ocasión de disfrutar de mi añorada y querida Nueva York de dos formas muy diferentes.

Por un lado, con la película “Nueva vida en Nueva York” donde se disfruta con la estancia de un francés que debe viajar a la ciudad soñada porque su ex-mujer se ha llevado a sus hijos a vivir allí con ella y con su nueva pareja.

Romain Duris es un acierto clave para que esta película funcione. Conocemos la historia a través de su mirada y sus movimientos y la traslada de una manera graciosísima y a la vez desconcertante. Mientras busca su nuevo piso en el Barrio Chino gracias a la novia de su mejor amiga, le vemos cómo contempla esa gran manzana que, para el que la visita por primera vez, siente lo mismo, que es interminable y que tiene muchos recovecos, pero poco a poco la va haciendo suya. Tiene que partir desde cero intentando escribir su nuevo libro en ese apartamento que empieza con un colchón y al que se le van sumando más muebles extravagantes para que sus hijos puedan quedarse con él, las noches acordadas. Todo ello lo logra y además muy creíble.

La historia no es nada original del otro mundo pero no cesa en situaciones extremas y divertidas ayudada por esa secundaria carismática y estupenda que es Cécile de France, con los diálogos y situaciones más que desternillantes y que hace que esta película sea un gustazo cómico constante. Tanto su exmujer como Audrey “Amelie” Tatou complemetan ese círculo de mujeres aunque sin tener ese nivel de risa como la amiga lesbiana pero sí dando pie a que esas escenas sean cada vez más embarazosas.

Un riesgo que queda bastante aceptable es la utilización de recursos visuales como semejanza de un videoclip, de instantes fragmentados que se unen por líneas de colores que le dan un aire muy apropiado al sentido y a un montaje más original de la película.

Una locura de película, agradable, sin pretensiones y con momentazos que hace que merezca mucho la pena

 
Nota: 6 Arcones


 
Y de Nueva York también han sido y formado parte de mi vida seriéfila, los cinco protagonistas de “Como conocí a vuestra madre”. Nueve años, número favorito de servidora incluido, que a pesar de tener temporadas más o menos punteras, me ha cautivado por su locura constante. La de las historias y la de los personajes.


 
Como comedia, cada uno de los capítulos siempre ha logrado esbozarme una sonrisa y teniendo una oferta cada vez mayor, en cuanto a series se refiere, para mí ha sido importante la manera que ha tenido de llegarme de diferentes maneras.

Sea sucesora o no de “Friends” que sabéis que no soy amiga de las etiquetas, lo cierto es que en mi opinión consigue una entidad propia, una filosofía fundamentada en las características extremas de sus personajes y en ir hilando una construcción en forma de querer saber quién era la madre.

En mi vida real, tengo Robin Scherbatsky, Barney Stinson, Ted Mosby y como no, soy Lilly Aldrin y Carlos es Marshall Eriksen. Y no es que exagere, lo somos. Ha habido escenas que las hemos vivido en casa y lo peor, ha habido momentos que hemos representado antes de que se viera en pantalla, lo que ellos iban a hacer. Muchas veces, daba hasta verdadero pánico. Como si nos espiaran en nuestra vida cotidiana.


 
Aparte de esto, siempre hay capítulos que recuerdas, piñas, calabazas putillas, gemelos, la curva de lo locura y el placer, la búsqueda de Victoria, los plantones en el altar pero siempre ese paraguas amarillo. Ese recordatorio del propósito de esta serie que, reincido, me cautivo desde los primeros diálogos cerveceros en el McClarens. He tenido sorpresas, cosas que anticipaba pero que me daba igual y muchos actores sorpresa que siempre se agradece porque ofrecen una faceta menos conocida y muy interesante.

Les voy a echar de menos. Sobretodo a mi Mosby. Ese niño que iba creciendo tierno y que me ponía tontita cada vez que le hacían daño y yo me moría por darle un abrazo, que me enseñara los edificios que más le gustaran de Nueva York y que me robara la trompa azul. Sigue dirigiendo proyectos increíbles y recomiendo que le sigáis en twitter (@JoshRadnor) porque pone temas musicales más que increíbles.

Los demás no creo que sufran la fiebre “Friends” y cada uno retomará su camino de diversas formas, cinematográfica para todos, excepto Neil Patrick Harris que está despuntando con la versión teatral de “Hedwig and the angry inch”. Pero seguirán siendo mis personajes locos y entrañables que me encantaba conocer y que me hacían una más que agradable compañía.

Todo lo que hicisteis para decirnos cómo conocisteis a vuestra madre fue legendario. Gracias.

Y sobre el final... pasopalabra


Resumen de Prensa (28 de Mayo)

DIARIO SUR
LA OPINIÓN DE MÁLAGA
MÁLAGA HOY

martes, mayo 27, 2014

Entrevista David Moya - "Las horas invisibles"

A mí me encantaría no tener que ocuparme de las cosas que no tienen que ver con lo artístico porque si yo puedo dedicar menos tiempo a crear, ensayar o preparar un directo, eso repercute en lo que tu muestras.

Desde el mes de febrero al acabar su último concierto en Málaga no he tenido la oportunidad de hablar con David Moya. Presentaba su último disco “Las horas invisibles” y me hablaba en esa entrevista de cómo había sido el proceso de creación y cómo con la ayuda de Diego Cantero junto a canciones que propiciaron esa ilusión, se hizo realidad en un trabajo muy personal y adecuado para mentes que se deleitan con buenas letras, sentimientos a flor de piel y realidades cercanas. En este mes de mayo, nos reencontramos de una manera calmada charlando al lado del mar con la brisa malagueña que mejora cualquier ambiente y me hace un balance, además de profundizar en cada una de las canciones del disco.

P: Haznos un balance de cómo ha ido el disco en estos meses

David Moya: Sigue sembrando. Estamos en la época de ir sembrando para que pasen cosas pero, de momento, es en Madrid donde más estoy haciendo. Por ejemplo,hice una presentación fuerte con banda en Galileo Galilei que no lo había hecho hasta ahora en Madrid. Estuvo muy bien y vino bastante gente. Ahí sigo, compatibilizando esto con ideas nuevas de algún otro proyecto y yo creo que a este disco le queda bastante recorrido, hicimos un videoclip que va funcionando despacio, me queda el salto de intentar colarlo en alguna tele a ver que pasa, a ver si consigo algún contacto para hacerlo aunque siempre he sido independiente pero no vamos a renunciar a ello de entrada.

P: Ha pasado lo que más o menos tenías pronosticado con el disco

David Moya: Uno siempre se hace muchas ilusiones y que va a cambiar definitivamente tu camino pero bueno a la vista está que, hoy en día, las trayectorias son largas y se trata de ir despacito y que al final pasan cosas. Lo que pasa que a nosotros nos puede la presión y la ansiedad porque queremos vivir de esto porque es nuestro oficio, entonces le dedicamos mucho tiempo, mucho esfuerzo y mucho corazón y quieres que salga y lo que te dé de comer igual que cualquier otro trabajo. Pero la realidad, en este país por lo menos, es otra.
 


P: Nos metemos en el disco. Háblame de ese “Café Siberia”

David Moya: Es una canción que cuenta una historia ficticia pero inspirada en un sentimiento real y que es la que engloba el resto de canciones del disco. De alguna manera, es un cuento que introduce todos los demás pasajes. La idea original era un libro-disco, lo que pasa es que no me vi en el momento personal de poder hacerlo y hacer ese esfuerzo en sacarlo al final. Pero, de hecho, hay una historia escrita que se llama “Cafe Siberia”, un relato en el cual se incluyen todas las demás historias del disco. Es una canción narrativa pero te marca la línea poética en la que va el resto del disco.

P: ¿Qué tienen los cafés y los bares para que siempre aparezcan en tus canciones?

David Moya: Donde más he cantado ha sido en los bares. La gente que hace música en acústico estamos un poco en tierra de nadie en cuanto a la escena musical. Como no tenemos festivales propios, como los teatros tampoco nos terminan de dar la cabida y los auditorios son muy grandes, no hay pequeñas salas adecuadas para esto, al final son los cafés o incluso los cafés-librerías o nos acabamos metiendo en los bares que ha sido territorio propio del pop y del rock. Son nuestro hábitat natural

P: ¿Cómo aparece Antonio Vega en esa canción “Tras las cortinas”?

David Moya: Aparece en esa canción realmente porque la armonía de la canción y por donde vimos los arreglos en el estudio nos iba llevando ahí. Antonio Vega ha sido una gran referencia para mí como compositor muy importante. Quizá hay otras canciones que son más Antonio Vega. Me lo dijo un periodista en Murcia, la siguiente “Terremoto” con ese punto oscuro, atormentado y de dolor a veces que tiene. Lo que está reflejando “Tras las cortinas” si es un paisaje luminoso, está hablando de Cádiz y de una historia de amor que transcurre allí y te está pintando un cuadro con muchos colores. Quizá sea un poco al contrario que lo que pasaba con las canciones de Antonio Vega.

P: Yo no veo “Terremoto” más de Antonio Vega por los cambios de ritmo y la desgarra que desempeñas cantando esa letra

David Moya: Hay frases muy duras en esa canción. Este disco tiene algo muy intenso que es que estoy narrando prácticamente en directo unas vivencias con una desnudez muy bestia. Creo que eso es algo por lo que se siente tan vivo y que yo lo que estoy cantando, lo estoy sintiendo en ese momento. No es una canción que he hecho hace mucho tiempo y tengo que revivir que sentía, recrearlo y tal, sino que directamente se está viviendo así y se está expresando

P: ¿Por qué “Te lo vas a perder” para el videoclip?

David Moya: Porque es la que se nos quedó un poco más “para todos los públicos”. Al final, hay una canción que se te queda más redonda en el disco en cuanto a la producción, que lo que tú dices y transmites está dicho de una forma más clara, no más evidente pero sí más clara, aunque luego siempre hay sitio para la subjetividad y que la gente saque sus interpretaciones. Pero en este caso, es una canción que yo lo comprobé porque es una canción que llega muy directamente a la gente. Creo que es interesante que aunque nosotros seamos autores y somos gente que hacemos las cosas porque nos salen así y punto, pero al final si queremos vivir de esto, tenemos que intentar elegir lo que mostramos a la gente y elegirlo bien


 
P: ¿Cómo puedes decir tan dulce en “Patas arriba” esa estrofa de “Las ganas de hacer pedazos una cama”?

David Moya: Lo dices desde la melancolía desde el que la ha perdido ya, pero todavía no la has terminado de perder. No es del todo doloroso ni desgarrado.

P: ¿Te duermes con la radio como dices en “Patas arriba?

David Moya: Totalmente. Tengo esa costumbre desde hace muchísimos años. Me relaja mucho escuchar una voz de alguien hablando y además hablando bien, que es una cosa que hoy en día no se oye demasiado. En la radio queda aún gente que habla bien. Cosa que en la tele casi no se ve. Y en la prensa escrita muchas veces tampoco. En la radio queda gente que utiliza el lenguaje con cariño, cuidado y da mucho gusto. De hecho, cuando me desvelo como la otra noche, me fui de la cama al sofá y puse un programa de estos de “Carne Cruda” de Javier Gallego escuchando el podcast y al final me conseguí dormir

P: ¿En tu mundo los cantantes no se llenan los bolsillos?

David Moya: Pues muy pocos, la verdad. Y si se los llenan, conforme llega el dinero, se va. Hay una visión bastante errónea de lo que es el mundo artístico. Es la visión que nos han querido vender, la del estrellato. Hay muchos obreros de la música, de la poesía, de la pintura, de la fotografía y lo que sea que están intentando llegar a fin de mes como todo el mundo. Y haciendo cosas de muchísima calidad. A mi me encantaría no tener que ocuparme de las cosas que no tienen que ver con lo artístico porque repercute a que si yo me puedo dedicar menos tiempo a crear, ensayar o preparar un directo, eso repercute en lo que tu muestras. Hoy por hoy, si no te lo puede hacer nadie, te lo tienes que hacer tú y hay que asumirlo como una parte del trabajo y asumirlo lo mejor que se pueda.

P: Aquí hay ahora un punto de inflexión en el disco y viene lo más animoso. Empezando por “Frágil” hasta “Sacarte a bailar”

David Moya: Fue idea de Diego Cantero. Yo, de hecho, había hecho otro orden y él me lo tiró por tierra pero no encontré argumento para decirle lo contrario. Es un acierto y tenía razón. Cuando te has metido todo el hachazo de intensidad de todas las canciones, de repente empiezan otras cosas que te cascan la atención. Porque si estas todo el rato con ese tipo de mensajes, llega un momento que pierdes la atención.

P: Me contaron en una entrevista reciente el grupo “Los Aslándticos” que ellos enviaban mensajes no panfletarios en sus canciones pero sí que sirvieran para que el público reflexionara y reaccionara ante determinados problemas. Creo que le ocurre lo mismo a tu canción “La calle es nuestra”

David Moya: En alguna entrevista ya me han soltado que con el tiempo ya no tengo una actitud tan de protesta pero yo lo que creo es que hay que ser responsable cuando se pone una bandera de algo. Es muy fácil colgarse banderas y que la gente te siga con un mensaje fácil y rápido. Si me quejo de algo, yo prefiero concentrarlo en una canción, poner toda la carne en el asador y hacerlo con los mayores argumentos posibles.

P: “Soy toda tuya si llevas el ritmo” es una de las sentencias de “Sacarte a bailar”. ¿Esto es verídico?

David Moya: Vuelve a pasar lo mismo que con “Café Siberia”. La historia no es que sea así en un momento concreto pero si que se inventa la historia a partir de algo real. Es una historia de amor con alguien en el que el movimiento tiene mucho que ver. El movimiento en general me dice mucho de una persona. Yo soy de los que lo primero en que se fija es cómo anda alguien y cómo se mueve, los gestos y tal, aparte de la voz, por ejemplo. Al final es como una conclusión del disco. El disco puede ser duro, puede dejar un mensaje de desesperanza pero la conclusión que está diciendo el que canta es lo que yo quiero es sacarte a bailar. Lo que quiero es que cuando se acabe la fiesta y todo el mundo se vaya, que estemos tú y yo solos en la pista de baile y bailar contigo

P: Pero si los chicos no bailan

David Moya: Eso serán algunos. Yo si bailo. De hecho, este año he empezado una nueva experiencia en la danza contemporánea pero ahora por tiempo he perdido el ritmo. Pero ahí voy y no lo pienso abandonar

P: Me da la sensación que tu canción del disco es “Zona Franca”

David Moya: Es un punto de inflexión porque es la que hace que yo diga que tengo un repertorio para un disco. Aunque luego surjan “Te lo vas a perder”, “Terremoto” y “XXIII”. Con esa canción, fue cuando yo le dije a Diego Cantero, tenemos disco y como me has propuesto irme a Madrid, qué te parece si el disco lo trabajamos en casa y luego nos vamos a un estudio. Es especial porque es también una canción escrita fuera de España, estando en Copenhague y encierra un mensaje que le da sentido a otras canciones, te ubica y te sitúa en qué punto está la persona que está cantando en ese disco. Una persona que está queriendo que una historia salga adelante y no termina de conseguirlo y se ve un poco en tierra de nadie muchas veces. Es una canción en la que, de repente, por fin, hay un mensaje explícito y directo que es yo también quiero la vida y me canso de esperar tanto. Ese estado de ánimo, dicho de una forma tan cruda y tan directa, quizás era algo que yo no había hecho antes.

P: ¿Cómo lograste hacer una canción tan sentida como XXIII?

David Moya: No es más sentida que otras del disco. Pero me gusta haberla dejado en el último lugar porque deja un sabor de esperanza en el disco porque la última frase “queda luz, aún puede ser, sólo tú y yo que estoy tan loco”. Al final después de todas las vueltas que tú le puedes dar a una historia, es todo más sencillo. La vida me da razones para pensar que esa esperanza es lógica y coherente.


P: No sé si te lo han propuesto antes, pero ¿te gustaría hacer una banda sonora de algo?

David Moya: Me encantaría. Tengo que encontrar la oportunidad. Me lo tienen que proponer pero sería fantástico.

P: ¿El disco dónde se puede conseguir?

David Moya: Pues yo lo voy vendiendo en los conciertos y si la gente me los pide por la web (www.davidmoya.net), los puedo mandar. Realmente no tiene puntos de venta, no he conseguido distribución.

P: Has tenido ocasión de tocar en institutos. ¿Tienes la sensación de que los adolescentes oyen lo que les imponen o tienen criterio musical?

David Moya: Hay como dos caras en la historia, por una parte lo que les llega a través de las radios comerciales, yo creo que ya ni lo escuchan, y si tu pones la radio y vas pasando por el dial, casi todo lo que te encuentras es la fórmula que inventó Kiss FM que vas poniendo música de los últimos 25 años sin parar y sin canciones nuevas, por otra parte, lo que hay nuevo, hay una cuota muy alta que te viene de fuera y producto nacional sale muy poco. Lo que hay tiene que ver con la electrónica y hay un mundo de los Djs que yo no termino de entenderlo muy bien. No puedo entender que David Guetta se lleve un pastón por ir a un sitio con un pen drive. Se le rompe el pen drive y se cancela el concierto porque eso ha pasado. Lo que sí ha cambiado y eso es una realidad que tenemos que aceptar es que la forma de escuchar música es diferente. Y ahí es donde yo voy con la otra cara, hoy en día, se lo digo a los chavales del instituto, tienen que trabajar la curiosidad y decir, si he escuchado a alguien y me ha gustado, hoy en día tenéis algo que yo no tenía con 14 años que es que me puedo meter en Internet, buscar a esa persona, ver un millón de videos tocando en directo y de repente, me salen artistas relacionados que me puede gustar uno u el otro y eso antes no existía. Aunque ahora haya menos novedades, quizá en las listas de ventas o en las radios comerciales, pero es que lo tienes mucho más fácil para llegar a los sitios. El problema, quizá, es que no les está llegando una educación, sobretodo por parte de las familias, en tener curiosidad y en explorar. Hoy en día es muy fácil encontrar lo que quieras, la oferta es tan amplia y está en todos lados. El concepto ha cambiado, ha cambiado el concepto de disco como una obra conceptual, un disco son dos años de tu vida, por poner una media, y son dos años de tus experiencias que cierran un ciclo y tienen un sentido. Tiene sentido que eso tenga un sonido que vaya en una línea, que las letras vayan en una dirección y hoy en día, la gente escucha canciones sueltas, no hay una línea argumental. Criticarlo o no, no tiene sentido. Es lo que hay. Nosotros podemos hacer lo que nos de la gana, la gente puede escuchar lo que nos de la gana, a mi personalmente me apetece seguir haciendo discos porque me apetece sentir el concepto de obra.

P: Vamos a ponernos en la situación que aparece el conejo de “Alicia en el país de las maravillas” y le sigues, ¿cómo sería tu país?

David Moya: En este país se supone que hace unos años había pasta y, sin embargo, no crecimos culturalmente. Ahora estamos donde estamos. España debería crecer como país y como estado para ser una país de las maravillas a nivel cultural, tiene que elevarse. Que los niños de hoy en día sean personas con espíritu crítico, con formación y que no les de todo igual. Que haya un bagaje cultural, que la cultura sea importante, que la cultura no sea algo que desde el Gobierno como están haciendo lo tomen como una amenaza y le ponen todos los impedimentos posibles. Ya sea un 21% de IVA, ya sea negando licencias para conciertos y lo que sea que te hagan. Un país en el que la gente entendiera que la cultura es lo que públicamente te hace libre. Yo no estoy de acuerdo con el concepto “cultura libre” pero si con el concepto de que la cultura te hace libre. Y para que la cultura te haga libre, tiene que haber gente que produzca cultura y para que la gente produzca cultura de calidad, tienen que ser profesionales. Y necesitas que estén trabajando en unas condiciones profesionales. Eso, hoy en día, todo lo que se hace va en la línea contraria. Va hacia una desprofesionalización absoluta del artista y del productor cultural. Estamos en un vacío, en un lugar donde no sabes muy bien a qué agarrarte. Tal vez, no puedas sacar adelante proyectos que en otros lugares serían cosas absolutamente de vanguardia y aquí en España es sólo sacar un video gracioso que lo pete en Youtube. O que te salga de repente una canción sencilla que le llegue a la gente. Pero no se crean las condiciones para ello. Antes había muchas más iniciativas tanto juveniles como no juveniles que venían apoyadas por lo público, que no digo financiada por lo público, yo no quiero que la cultura sea algo que tenga que hacerse patrimonio exclusivo de la administración pública. Pero por lo menos, se apoyaba.

P: ¿Y la creación de una industria verdadera no sería una solución?

David Moya: Pero el problema de la industria es que se ha suicidado. Ahí la culpa no se puede echar a quién pone un 21% de IVA. La industria ha cometido los mismos excesos que han construido los sinvergüenzas que han estado construyendo casas en Marbella. O los que han puesto un sobrecoste a la obra del AVE. Los disparates que se han hecho inflando los precios de los conciertos y promotoras que han quebrado pidiendo una pasta que no han podido cobrar. El problema es que esa gente pilló un momento en que se hacía esto. Quién no pillamos ese momento de darnos a conocer, ahora trabajamos en las mismas condiciones más precarias pero como no tenemos ese tirón previo, es muy difícil que la gente nos haga caso y vengan a vernos pagando la entrada a un directo que es la única manera que nosotros tenemos para ganar dinero.

P: Hay otro aspecto que considero peligroso que el gobierno promueve que es que la cultura no te da comer y cómo estamos en crisis, no hay dinero para pagar a un artista por su trabajo. Entonces se devalúa vuestra creación

David Moya: La diferencia entre hace 80 años a ahora, es que tú le podías pegar un tiro a alguien u obligarlo a exiliarse y hoy en día, lo que se hace indirectamente es obligar a esa persona a que se desespere o a que se vaya del país. Hubo una fuga de talento enorme en España en los años 40 y hoy en día, de alguna manera, lo están volviendo a hacer, sólo que no se pueden cargar a Lorca o a Miguel Hernández como lo hicieron, ni pueden hacer que los miles de catedráticos de las universidades que había en los años 30 se vayan como se fueron y se quede España hecha un desierto con los cuatro que había. Eso es lo que ellos quisieran y no pueden. 

 
Este mago de la poesía, del verso y de los sentimientos verdaderos de su país maravilloso presenta “Las horas invisibles” el próximo sábado 31 de mayo en la sala Clamores de Madrid. Nunca se olvida una primera vez que se oye a David Moya, no deberían dejar de pasar esa ocasión. Y aunque en su mundo los cantantes no se llenan los bolsillos, a mí me deja el corazón patas arribas cada vez que tarareo sus letras y me quedo inmersa con las sensaciones que provoca con su guitarra y su voz. Cita imprescindible para oídos sensatos, con una pizca de locura y expectantes de emociones.