A
mi me daba miedo mi personaje, tenía muchas dificultades para
abordarlo en los ensayos y poco a poco lo fuimos cogiendo
Dos
personajes se encuentran en un palacio donde uno de ellos someterá a
un terrible juego experimental al otro mientras el público es
partícipe y consciente de ese abuso de poder. Una angustia teatral
dirigida por Mario Gas donde sus dos actores protagonistas, Daniel
Freire y Miguel Ángel Solá, nos hablan de este “Veneno del
teatro” que promete ser adictivo.
El
Club Express: Salvando
las distancias, leyendo un poco la sinopsis da la impresión de ser
un reto teatral como esa película “La huella” con Laurence
Olivier y Michael Caine
Daniel
Freire: Es
una obra un poco más pequeña pero que se conentra más sobre un
juego macabro que plantea uno de los personajes al otro sin que el
otro conozca las reglas de ese juego. Ese juego va ilusionando al
otro personaje con un posible desenlace que en realidad no es lo que
el otro ilusiona si no otra cosa.
El
Club Express: Tu
personaje dice “cuando se actúa llega el momento en que no se
distingue donde empieza y donde acaba la ficción”
Daniel
Freire: Quizás
si uno no mira con atención no sabría distinguir donde termina la
ficción. El camino del arte ha sido así. Siempre está como apoyado
en determinados postes que sostienen su forma de decir la verdad pero
que se apoya, a la vez, en la forma de ser la realidad. Entonces, hay
como vericuetos que sirven para distinguir el arte de la realidad
pero los puntos de partida que dividen a una y otra están como muy
cercanos. Todos, por diferentes circunstancias, nos damos a los demás
porque queremos que el otro se sienta bien acogido, entonces
exageramos nuestra forma de recibimiento porque queremos que el otro
entienda que cuando yo estoy enfadado con lo que ha ocurrido, a veces
sobredimensionamos nuestro enojo para que de alguna manera, son
pequeños datos, de una actuación cotidiana que hacemos para
mantener, como dice el personaje de el Señor, nuestro estatus
social.
Daniel
me aclara que Mario Gas adaptó la obra en periodo de entreguerras y
que, en ningún momento, se sabe como se llama el actor ni como se
llama el Señor. Es un juego, un enfrentamiento, entre dos entes. El
arte encarnado en el actor y el poder encarnado en el Señor.
El
Club Express: Da
también la impresión de que os va a encantar jugar con el
espectador
Daniel
Freire: La
obra es muy cortita, dura una hora, pero es muy intensa. Al
espectador se le pide un compromiso intelectual, por un lado, porque
todo el discurso que se va armando es, por momentos, filosófico. Por
ejemplo, si el hombre es bueno por naturaleza o no lo es. Y por otro,
un compromiso emocional constante porque lo que está viendo es un
horror y además la obra le obliga a ser testigo directo y cómplice
de lo que ocurre allí arriba. En muchos momentos, se rompe la cuarta
pared y se habla directamente al público. El espectador se queda
como testigo de lo que está ocurriendo en el escenario que no es
nada agradable.
La
intensidad es tal que Daniel me explica que hay un silencio subrayado
por Mario Gas cuando se acaba la obra que se apaga la luz, entra una
música y hasta que esa música se mezcla con otra y esa canción
aparece como segunda instancia, no se vuelve a encender la luz.
Después de todo este silencio y oscuro final, el público lo ha
vivido en silencio y no sabe si tiene que aplaudir o no. El público
está superado. Cuando arranca el aplauso es casi histérico y
catártico, como si quisiera quitarse de encima lo que acaba de
ocurrir. Un aplauso muy potente.
El
Club Express:
Destacan en las reseñas que he podido leer de la obra, tu trabajo
físico, ¿por qué razón?
Daniel
Freire: El
autor, con acierto, tiene dos personajes que son antagónicos. Uno es
el que maneja lo intelectual y que plantea el juego y ejerce el poder
y el otro exige una actitud más compleja y más física. Porque lo
que le ocurre, él no lo puede intelectualizar y porque lo va
sintiendo en el cuerpo. Uno es el que tiene una construcción muy
lineal pero es el que maneja los hilos de lo que ocurre ahí abajo y
el otro es la marioneta de estos hilos. Yo soy ese títere que debe
bailar, por eso hay más exigencia física.
El
Club Express: Que
diferentes satisfacciones personales has tenido en cada función que
haces con Miguel Angel Solá y el haber sido dirigido por Mario Gas,
mi Julio César particular
Daniel
Freire: Satisfacciones
son todos los días. La obra está muy viva. Tratamos de respetar una
línea y una marca trabajada con Mario. Los ensayos fueron muy
complejos, a mi me daba miedo mi personaje, tenía muchas
dificultades para abordarlo y poco a poco lo fuimos cogiendo. Mis
primeras satisfacciones fueron en los ensayos y luego dando saltos de
calidad a través de este personaje encontrando sus tonos y sus
agudos. Pero en el proceso de funciones, lo más interesante es la
forma de estar viva la obra. Hay algo improvisado en todo este
tiempo, si bien los dos sabemos donde vamos y si uno se le olvida el
texto, el otro le puede tirar porque nos los sabemos, hay una actitud
viva que el otro siempre se sorprende por algo. Llevamos ya año casi
y medio de funciones y hay sorpresas constantemente. A veces en cosas
imperceptibles como el tono de una palabra. Pero es porque es la
única manera de hacer creíble esto que estamos viviendo.
El
Club Express: Eres
un actor que te mueves en muchos terrenos culturales, incluso en el
del cortometraje donde has colaborado con un cineasta malagueño que
es Jose Diego Santiago
Daniel
Freire: Me
motivan porque yo aprendo constantemente. No importa la sabiduría
que tenga el que está a mi lado o frente a la cámara porque aprendo
de esa práctica. Aprendo como colocarme frente a la cámara o cómo
buscar la luz sin que se note. Los cortos son el trabajo sobre el
aprendizaje. Y participar en esto también permite que se abran
puertas, el día de mañana si estos directores que han hecho un
corto conmigo, van a hacer su largo espero que piensen en mi nombre
para alguno de sus personajes. Entonces, también es una inversión,
como cada cosa que uno hace en la vida, a veces te puede salir bien y
otras mal.
“El
veneno del teatro” se podrá ver el próximo miércoles 29 de enero
a las 21:00 en el Teatro Cervantes. Y aunque no se pueda contar mucho
de las grandes sorpresas que nos esperan en esta obra tan intensa,
vamos a intentar escudriñar algunos detalles con la ayuda, ahora, de
Miguel Ángel Solá.
Sólo
los enfermos pueden jugar de la manera que juega mi personaje con el
ser humano.
El
Club Express: Supongo
que el que es espectador va a haber diferenciadas esas dos maneras de
escuela de interpretación que representáis, y quizás sea un texto
muy especial para quienes vayan a veros y sean actores o directores
Miguel
Ángel Solá: Lo
que nos ha pasado en todo este tiempo es una especie de evolución de
la gente del medio muy importante. Los estudiantes de teatro que
vinieron, por ejemplo, en una función que hicimos en Sevilla fue una
fiesta. Lo estaban absorbiendo todo, no se querían perder detalle y
no les daba tiempo para hacer otra cosa que no fuera estar allí
metidos en la obra y se produce una cosa muy fuerte. Un público
general de teatro ve buen teatro pero además les queda el ámbito de
la reflexión del punto de vista de la situación de la vida de cada
uno ante el poder.
El
Club Express: ¿Cual
es la intención que queréis que el espectador sienta al ver la
obra?
Miguel
Ángel Solá: Lo
que más se nota en la obra es las ganas de contar cuan expuestos
estamos a través de nuestras necesidades, nuestras ilusiones y
nuestras esperanzas. No es sólo esperar que una persona sea amable
con un invitado si no que además lo beneficie. La intención es
abrir los ojos y ser victima propiciatoria de determinadas
circunstancias.
El
Club Express: Tu
personaje, ¿es malvado o es enfermizo?
Miguel
Ángel Solá: Mi
personaje es un señor que tiene una alta cuota de impunidad, una
forma de mandar muy explícita y si, además, está enfermo. Sólo
los enfermos pueden jugar de la manera que juega este hombre con el
ser humano.
El
Club Express:
Algo que creo que ayuda a que la intensidad del diálogo vuestro
crezca es el juego de luces, ¿no?
Miguel
Ángel Solá: El
juego de luces es fantástico. Es maravilloso lo que ha hecho Juan
Cornejo y el técnico con todo ese andamiaje. Estéticamente la obra
es impecable. Yo he visto de afuera muchas imágenes y estéticamente
es muy fuerte la obra
El
Club Express: ¿El
veneno del teatro podría ser el ministro de Cultura, el ministro
Wert?
Miguel
Ángel Solá: No
hace lo posible para que el teatro viva. Al teatro lo está matando
ese 21% de IVA y a todas las compañías, sobre todo a las pequeñas
pero a casi todas. De las medianas solo quedan dos o tres muy
importantes, que se subvencionan por otras o por otros lados. Es muy
difícil sacar el teatro con estas imposiciones económicas.
El
Club Express: Háblame
de una producción que vamos a tener también la próxima semana en
el Teatro Alameda que es “El diario de Adán y Eva” que tú
diriges y que yo como amante de la radio creo que voy a disfrutar
mucho
Miguel
Ángel Solá:
La obra es preciosa. Son tres historias de amor. Los protagonistas
del ciclo radial, Adán y Eva, que se despiden después de seis años
que presentaban joyas de la literatura una vez por semana. Hay
también una historia de amor oculta que es la de ellos dos y otra
historia de amor que es la de la periodista que entrevista al único
que queda vivo de ellos dos, 40 años después. Se cuenta tanto la
visión divertida y piadosa del hombre y la mujer. Su primer
encuentro como el paso del tiempo en una persona que ha llegado a
adulta sin adulterarse. La hice diez años como actor y ahora la
dirijo. Fernando y Ana están fantásticos. Hacen unos trabajos muy
diferentes a los que hacíamos nosotros. Estoy muy contento con el
resultado.
Mucho
teatro el que nos sigue quedando en este Festival y ya ven que
también en otro tipo de perspectivas. Así que decídanse a probar
todos estos venenos del teatro porque no les va a acarrear, seguro,
ninguna mala consecuencia.
EL
VENENO DEL TEATRO
miércoles,
29 enero, 21.00 h.
Concha
Busto Producción y Distribución
De Rodolf Sirera
Versión José María Rodríguez Méndez
Con Miguel Ángel Solá y Daniel Freire
Música Orestes Gas
Dirección Mario Gas
> duración 1.05 h. (s/i)
De Rodolf Sirera
Versión José María Rodríguez Méndez
Con Miguel Ángel Solá y Daniel Freire
Música Orestes Gas
Dirección Mario Gas
> duración 1.05 h. (s/i)
Precios
A
20€ B 15€ C 11€ D 6€
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