El
teatro es lo que me alimenta el alma
Un
nuevo texto de la extensa literatura de David Mamet se vuelve a
encontrar con el Festival de Teatro de Málaga. En este caso se trata
de La
anarquista
donde conoceremos a Cathy, una condenada a cadena perpetua que va a
jugarse su libertad en la decisión de Ann, la funcionaria de
prisiones que la va a interrogar en un duelo dialéctico que va dar,
seguro, mucho que hablar en los tres días que estarán
representándola en el Teatro Echegaray. Hablamos con las dos
actrices protagonistas, Ana Wagener y Magüi Mira, sobre la
preparación de sus personajes y que nos den sus motivos por los que
no debemos perdernos esta obra.
Ana
Wagener es Ann, la funcionaria de prisiones que lleva a ultranza la
defensa de algo en lo que cree aunque lo que crea se desmorone.
P: El
espectáculo está concebido para una sala pequeña para que la
sensación de encerramiento y de estar más concentrados en el
interrogatorio de las dos sea aún mayor, ¿verdad?
Ana:
Está
mejor en sitios pequeños pero en sitios grandes el juego de luces
que se ha diseñado lo que consigue es que acote ese espacio
rectangular que es la sala de interrogatorios. Lo que intentamos es
que el público se concentre en ese espacio acotado pero
evidentemente es más ad hoc un espacio pequeño. Además sentir al
público tan presente a mi me gusta, hay un río de energía que está
muy bien.
P: ¿Crees
que el espectador se posiciona desde el principio con alguna de las
dos o vais jugando a medida que avanza la historia?
Ana:
Lo
grande que tiene esta función es que Mamet pone las dos partes de la
balanza en una secuencia escena, es decir, que empieza y acaba a la
hora y cuarto en el mismo sitio y no hay salidas ni entradas. Hay
público que se posiciona en un sitio y no sale de ahí pero lo
normal es que tu empiezas a comprender una parte, luego la otra y
luego te pones en el centro a comprender a las dos. Lo bueno que
tiene es que invita a polémica, a reflexión y a una discusión muy
sana porque Mamet radiografía a las personas de una manera magistral
y, a partir de estos dos personajes, habla de temas universales como
puede ser la justicia, la libertad, el amor o la traición. Te habla
de dos polos principalmente opuestos pero que tienen algo en común
que es el plano emocional porque Mamet siempre conecta con el
público.
P: ¿Nos
va a hacer valorar la función de reinserción que tiene una prisión?
Ana:
Este tema está muy presente. Mi personaje representa al Estado al
que somete no al sometido, pero Ann, yo creo que ahí Mamet lo ha
hecho muy bien, es un personaje víctima de su puesto y su posición
porque ella siempre habla de un plano muy utópico, del Estado y de
lo que debería ser el pueblo porque ella sabe que está sirviendo a
un Estado completamente corrupto y evidentemente el poder corrompe y
yo creo que ella quiere ser una persona que cree en lo que defiende
pero sabe que lo que defiende, no lo cree. Tiene enfrente a una
persona que ha estado encerrada 35 años pero que tiene una libertad
emocional que Ann, por ejemplo, no tiene porque está presa del
puesto que tiene que ocupar y de las leyes que tiene que acatar.
P: Como
persona, ¿qué te ha aportado hacer esta obra?
Ana:
Realmente
estar un poco en primera línea de playa. He hecho cosas de teatro
apasionantes pero con esta obra he dado un paso más. Ser elegida
para el 50% de esta función es estar en un sitio con más luz y
personalmente mucha felicidad porque a mi el teatro es lo que me
alimenta el alma.
P: Sin
haber trabajado antes juntas, dar la sensación de que os habéis
compenetrado desde el principio.
Ana:
Hemos
conseguido muchísima complicidad, ha sido un proceso muy arduo y
complicado pero hemos tenido que consensuar muchísimas partes de la
función. Al ser dos personajes tan rivales hay que saber hasta dónde
llega al límite y hasta dónde se puede cruzar. También tener a
alguien enfrente como Magüi Mira es una garantía y está siendo un
placer.
P: Yo
me solidarizo con las personas que tenemos el apellido complicado,
¿tienes como yo una colección de diplomas con el apellido mal
escrito?
Ana:
Me
han llamado de todo. Hay gente que no me pregunta y se mete en unos
jardines tremendos (me expresa todo tipo de locuras con su apellido)
que parecen que se han atragantado con un galleta, es que ven una w y
se asustan.
Los
años colocan y hacen pliegues y arrugas en la piel pero no en el
cerebro ni en el alma.
Y
Magüi Mira es Cathy, un personaje fiel a si mismo, a sus ideas y
principios y simplemente por cómo me desentraña, respeta a su
personaje y habla del proceso de creación de la obra merece la pena
apostar por ir a ver La
Anarquista.
P: En
tu caso, eres el personaje que está encerrado pero que tiene la
mente libre frente al personaje libre que tiene la mente cerrada.
¿Qué planteamientos tan inteligentes y que te hacen pensar nos
plantea siempre David Mamet en sus obras, verdad?
Magüi:
Pues
si porque Cathy es una mujer presa pero las ideas no se pueden dejar
detrás de las rejas, ella sabe que no va a volver a matar, está
encerrada por un delito terrorista, mató a dos policías cuando era
joven pero ella no va a renunciar nunca a lo que piensa, todo lo
contrario. Es una mujer que vive en libertad encerrada, y en libertad
con su cuerpo también porque ella es libre en el uso de su cuerpo,
es una homosexual que expresa con claridad su homosexualidad y
efectivamente el personaje de Ann, es una mujer que está en la calle
y está libre pero es presa de una presión de un estado corrupto del
que ella es funcionaria y por supuesto, presa de unos
convencionalismos sociales porque ella es una homosexual latente.
P: Por
la intensidad que se acrecienta aún más si nos ponemos en el
contexto de estar encerradas que he podido ver en algunos fragmentos,
los ensayos tuvieron que ser duros pero necesarios
Magüi:
Es
lo más hermoso del proceso de creación porque es donde se descubre
el verdadero valor de un texto, sin unos actores que le den vida y
acción es un texto en un cajón. Hemos hecho un viaje, muy difícil,
porque hemos tenido un director que no ha hecho propuesta si no que
nos ha dejado libres con lo cual, por un lado es maravilloso porque
tienes una gran responsabilidad como actriz pero también ha sido un
viaje junto con Ana por esa selva hasta llegar a entender ese texto y
ser capaces de llenarlo de vida.
P: ¿Cómo
salís después de cada función?
Magüi:
Yo
soy una mujer muy mayor igual que Cathy y salgo mareada, agotada
físicamente que es como yo creo que saldría Cathy ante una
situación así. Es una situación intensa en tempo real, una
entrevista sin ninguna elipsis de tiempo y hay un viaje emocional y
técnico muy duro. También como bien describe Mamet, Cathy está
reconciliada con su edad y con el paso del tiempo, lo ha asumido
perfectamente, los años colocan y hacen pliegues y arrugas en la
piel pero no en el cerebro, no en el alma. Eso es un gran
descubrimiento de Cathy que lo asumo y me identifico plenamente
porque yo podría tener la edad que ella.
P: Yo
lo celebro pero en este Festival de Teatro estamos descubriendo obras
que hacen pensar sobre el abuso de poder, la política y cuestiones
sociales ¿crees que estamos en un momento cultural que necesitamos
concienciarnos de estos temas y que mejor que con el teatro?
Magüi:
Por
supuesto pero yo te diría que aquí lo que destripa Mamet para que
el espectador reflexione, porque Mamet no sentencia, Mamet destripa,
te puedo asegurar que va más allá de la cultura y toca el corazón
de la realidad de lo que está pasando en este país. Él pone
delante de la mesa, ¿qué pasa con los que matan? ¿son capaces de
pedir perdón? ¿qué pasa con la sociedad?¿es capaz de perdonar?
¿qué es esto del perdón? ¿a qué estamos jugando?. Otro ejemplo,
la reinserción, existe claro, ¿cómo se comprueba? ¿qué nos
apoyamos, en la ley o en el mundo emocional de la reinserción? ¿hay
un aparato que pueda saber si esa reinserción es cierta, si ese
arrepentimiento es verdadero? ¿cómo juzgamos eso? ¿quién lo
decide, una carcelera reprimida que en el fondo se siente atraída
sexualmente por ella y está todo contaminado por esa tensión
sexual? ¿somos objetivos para poder decidir si esa persona realmente
está arrepentida para juzgar unos actos?. Es un duelo brutal, muy
inteligente, dos mujeres inteligentes, con humor e ironía porque
siempre que hay inteligencia hay ironía.
El
Club Express: ¿Por
qué decidiste ver esta obra en Nueva York?
Magüi:
Hay
actores y directores que nunca quieren ver nada porque influye. Yo
soy al contrario, lo quiero ver todo, por si ojalá me influye en lo
positivo. Yo no le tengo miedo a eso, me parece que todo suma. Cuando
me enteré que era Mamet el que la dirigía, pensé que su dirección
aportaría cosas a su texto y esa fue mi curiosidad. Pero ¿qué
paso?. Que fue una gran decepción. Mamet ha sido mucho más valiente
en su texto escrito que en su dirección.
P: Magüi,
tengo que felicitarte por la dirección de En
el estanque dorado
que tuve ocasión de ver el pasado mes en el Teatro Cervantes. Vaya
trabajo más cuidado y talentoso y que pareja teatral tan
enternecedora, divertida y emocional.
Magüi:
También
ha sido un viaje de muchos ensayos. Son dos grandes (Lola Herrera y
Héctor Alterio) de los que yo he aprendido muchísimo pero no se
llega ahí fácilmente. Estoy muy contenta y me siento muy afortunada
de haber podido trabajar con Lola y con Héctor.
Sin
lugar a dudas, cometo el delito que sea para meterme en la cárcel
del Teatro Echegaray para poder ver, a través de la mampara de
cristal, el interrogatorio tan fascinante que seguro van a mantener
estas dos grandes actrices. Ha sido un regalo también conocer su
viaje hasta aquí, ahora toca sentarme y disfrutarlo.
LA
ANARQUISTA
De
David Mamet
Versión, dramaturgia y dirección José Pascual
Con Magüi Mira y Ana Wagener
> duración 1.20 h. (s/i)
Versión, dramaturgia y dirección José Pascual
Con Magüi Mira y Ana Wagener
> duración 1.20 h. (s/i)
21
Martes
21.00 h.
21.00 h.
22
Miércoles
21.00 h.
21.00 h.
23
Jueves
21.00 h.
21.00 h.
Precios
Precio
único 15 €
No hay comentarios:
Publicar un comentario