lunes, marzo 10, 2014

La bondad se llama Ana Belén Robles Jiménez

De verdad que aún no me explico quién volvió a darme la enorme fortuna de cruzármela en mi camino. Y ya no quiero buscarle explicación si no disfrutar de esa suerte todos los días.
Fuimos amigas desde el colegio uniéndonos algo a lo que me estaba desenganchando y que, sin embargo, me sigue demostrando que, a pesar de las tensiones, me ha ofrecido las mejores cosas de mi vida. Entre ellas, el conocerla. Os hablo del baloncesto. 

Aquella guapetona cuyo pelo recuerdo siempre largo, muy negro, y bien alisado, no como la loca de su amiga y con ojos de ese color coca cola, en el que nadie se fija porque no es el color interesante pero es el que más verdad refleja, me transmitía siempre mucha bondad. Tiene la capacidad de una niña risueña de emocionarse con el más mínimo detalle y a la vez es capaz de dártelo todo, en lugar de disfrutarlo ella porque está hecha de ese material, Bondad.

Hace poco recuerdo que hablábamos de la suerte que nos otorgaron nuestras madres. Luchadoras, valientes y que nos enseñaron los valores por los que ahora mismo podemos ir presumiendo allá donde vayamos. Lamentablemente, yo no he heredado la luz que despliega mi madre en todos los sitios a los que entra, pero mi hermanita si que ha rescatado y forma parte de su ser, el ser buena de corazón como Tituñi. Y aunque se aprovechen de ello, ella no sabrá ni le hace falta ser de otra manera.

Esa bondad es transformada en sensibilidad cuando coge su cámara de fotos. Puede haber fotos que me gusten más o menos, pero todas me emocionan y todas tienen su sello. Esa naturalidad que no capta nadie que no tenga su sensibilidad. A la gente normalmente le da miedo, corte o no sabe ser natural delante de una cámara y la puñetera puede esperar y esperar y al final capta lo mejor de tu ser porque, precisamente, es lo que consigue ella sacarte, lo mejor de su ser.

Y aunque sea su amiga más pesada del mundo, me encanta que sea la primera en conocer todas mis aventuras locas y que quiera venirse conmigo a vivirlas. Me encanta que los meros detalles a los que yo, malamente, resto importancia, ella los vive como únicos y le despliego esa sonrisa que intento que no le desaparezca nunca. Sé que hay veces que la agobio y que no me dice que no, por no molestarme, pero llevo toda mi vida buscando una cómplice de locuras y reconozco que en eso me aprovecho de ella, quiero que se venga conmigo a todo lo que planee y compartir lo que esté sintiendo y ser la primera en conocer qué pasa por su cabeza. Lo próximo, el Festival de Cine donde vamos a currar pero sobre todo a trabajar, por fin, en equipo disfrutando de todo lo que va a acontecer y que captara con su cámara y yo con mis palabras.

En el día de su cumpleaños, quería regalarle estas palabras escritas para decirle lo que siempre siento cuando estoy con ella y, a lo mejor, no se lo demuestro lo suficiente. Te quiero. Sé, a ciencia cierta, que si en mi parte olvidada de mi adolescencia y paso a la madurez nos hubiéramos reencontrado, mi historia no hubiera tenido capitulos tachados, no hubiera tenido tantos complejos porque no me habrías dejado y hubiera sido muchísimo más feliz. Estoy completamente convencida. Así que ahora yo voy a pedir por tu cumpleaños, recuperar ese tiempo y añadirle los muchos años que nos quedan hasta que seamos viejecitas y quedemos por las tardes a ver nuestras películas clásicas. Voy a pedir también que no me des más las gracias cuando lo que hago es para que lo vivamos las dos y que, aúnque lo consiga yo, está hecho a propósito para alegrarme contigo. Y bien fuerte pido, QUE NO NOS DIGAMOS MÁS LO SIENTO EN NUESTRAS CARRERAS DE LA PUNTUALIDAD. 

No sé porqué me da que mi grandullón tiene buena parte de culpa en esto pero gracias por ponerme a otro ángel de la guarda para que me cuide y me quiera como ella lo hace.

Estoy orgullosa de tí, de tu trabajo (que lo más quisiera regalarte es que pudieras vivir completamente de ello y que la gente entendiera que no es un hobby, es un don que demuestras cada día en cada foto que haces), de tu inteligencia y de la manera de ser que tienes. Y es cierto, que también eres afortunada por tener un hombre que te cuida tantísimo y te quiere como te quiere, pero la buena gente como tú, sólo puede tener a su lado a lo mejor del mundo y viceversa.

Feliz Cumpleaños Hermanita. Te quiero con locura. (Guardo uno de nuestros abrazos eternos para cuando nos veamos)

  

1 comentario:

Anónimo dijo...

... y qué digo yo ahora?
Me has emocionado muchisimío.
Mi mayor regalo es envejecer contigo, y que si nos hemos vuelto a cruzar en el camino simplemente pienso aprovechar la oportunidad.
Te quiero mucho hermanita ;*