sábado, febrero 08, 2014

El partido por el que mereció la pena pagar un abono de la Copa del Rey

Pasó. A las 19:10 comenzó un partido de baloncesto de los que me gustan. Con dos equipos dándolo todo desde el primer minuto, sin que ninguno consiguiera una ventaja clara que hiciera decantar el encuentro pero más que nada sin que ninguno se rindiera desde el inicio del primer cuarto hasta el final.
Pude disfrutar de una circulación del balón ejemplar por parte del Laboral Kutxa, además de unos movimientos de pivot donde tienen que ser, en la pintura, por parte de Pleiss como llevo tiempo defendiendo sobre mi visión del baloncesto, está bien que los pívots también tiren triples y tiros de media distancia pero cuando logran moverse y forzar una buena canasta en la zona, no hay nada mejor para mí. Y por otro lado, una defensa, sobre todo en las manos de Lafayette y Doellman de libro, de las de así se colocan los pies y las manos y así se logra que el atacante no pueda tener un tiro fácil.

Si a esto le sumamos los contraataques, el acierto en los triples en los momentos decisivos, los tapones y muchos más detalles, se convirtió en un partido digno de ver y disfrutar y yo feliz por haber estado allí y sentirlo desde cerca. Nos lo pasamos bomba, a pesar de ya no tener nada en juego, y mereció mucho la pena apostar por esta Copa del Rey para contemplar este enfrentamiento.


Y si me está sirviendo de algo también esta Copa del Rey es, como dije en el partido de Unicaja, valorar mi situación como aficionada de baloncesto en un club donde me cuesta cada vez más identificarme. Lo que ayer me demostraron las aficiones del Valencia, pero muy por encima la del Laboral Kutxa, es que no me gusta mi afición. No pararon de animar con cánticos alegres, sin sentarse en el sillón, pero ninguno era algo propio, algo que no tuviera que ver con el baloncesto y no había letra que dijera somos del Buesa Arena y nos sentimos orgullosos, sólo pasión y animar a su equipo desde que salió a la cancha a hacer el calentamiento antes del partido. Desde mi humilde arcón decirles que aunque se hayan eliminado en esta primera fase, tienen un meritazo bárbaro e hicieron un trabajo más que digno para que los suyos no se vayan con la cabeza baja. Fue un gustazo disfrutar de su partido.

Y el partido del Barça, además de pasar lo que se esperaba, me hizo reincidir aún más en mi idea. Topicazos, malas palabras y consideraciones de la Edad Media me hicieron sentirme mal con los míos. No soy la primera que afirmo que no me gusta que el Barcelona gane en nada, ni el Madrid, son equipos de fútbol reconvertidos al deporte que más me gusta y no me gusta ni su filosofía de trabajo ni la manera que tienen de afrontar este deporte. Y como no, históricamente, nos han fastidiado muchos encuentros al Unicaja y de ahí, mi animadversión en el baloncesto. Pero ahí me quedo. En la fase deportiva que es la que creo que no se debe traspasar. La manera de provocar a una afición que, en principio sólo animaba a los suyos, me pareció indignante. Es que yo hubiera saltado igual. ¿A que viene el "yo soy español" y el "que viva españa"? ¿Qué cabida tienen esas tonterías en partidos de Copa del Rey de Baloncesto? Seamos serios y disfrutemos de lo que hay que disfrutar y dejemos esas pamplinas para cuando se trate de temas políticos donde estoy convencida que la mayoria de lo que habla, ni lo entiende ni lo comprenderá nunca.


Y en cuanto a esa manera irrespetuosa de llamar "pesetero" a Abrines. Quiero decirles a todos esos adalides de la bandera de Unicaja que se tocan su pecho (a veces con una camiseta del Málaga), que tienen muy mala memoria. A ese señor no se le dio ninguna oportunidad en el primer equipo, lo iban a tener sentado en un banquillo sin poder jugar. Contempló una posibilidad que le haría cambiar esa situación y la aprovechó. Que me fastidia que sea al Barcelona, por supuesto, pero su decisión fue más que lógica y para nada le voy a chillar de esa manera cuando venga a visitar la que fue su casa. Yo tuve la oportunidad de conocerle en unos encuentros que hicieron con los aficionados y fué más que agradable pero además sé que en el fondo no hubiera querido nunca irse de su club que le vio crecer como jugador pero que no le iba a dejar jugar como profesional. 

Y hasta me dio un poquito de felicidad que os callara a unos cuantos con sus 12 puntos (3/4 en tiros de dos y 2/4 en triples con 13 puntos de valoración). No se si será el MVP, ojalá no porque repito que no quiero que gane el Barcelona a nada y ojalá el Valencia muestre su mejor cara como ayer y de la gran sorpresa, pero si es lo es, yo me sentiré feliz por él.

Los partidos de hoy se prometen vibrantes y no creo que esa final que ya todo el mundo idealiza vaya a ser tan clara. Auguro sorpresas. Lo comprobaremos esta tarde y  ¡ Amunt Valencia !

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