viernes, diciembre 12, 2014

Tu imagen no vale más que mil palabras

Tu imagen no vale más que mil palabras,
Me hierve, me duele y me enfurece.
Sé que la sacas para que la vea y no piense,
para que únicamente sepa que tú la sacas, 
no lo que significa,
no lo que me provoca.

Explícamelo y cuentamelo,
tus palabras no se las lleva al viento,
me las quedo como argumento y
como conocimiento de lo que se debe ver

El morbo compensado con tu sentimiento,
la brutalidad y el poco tacto cambiados por la información
la desgracia que sea una imagen que no sorprende
la desgracia de no causar más efecto que el que mi corazón siente

Y mi imagen tampoco refleja mil palabras,
intenta explicarse en el rostro pero a la vez quiere esconderse,
le da miedo tener lo que tiene, sentir lo que siente,
ser incomprendida ante los que siempre tienen razón

En mi cabeza tengo las palabras que explican mi imagen,
pero no las quieren decir por temor a que se entiendan,
y la dudosa busca la banda sonora que necesita,
Fullbright, Cullum, el mago Wonder
y encuentra las palabras que necesita y las canta en su mente.
Y ahí se quedan, sin imagen y con palabras.

¿Quieres ver mi imagen? ¡Cántame!
¿Quieres entenderla? ¡Conóceme!
¿Quién impone las leyes de las imágenes? 
¿A qué imagen debo responder?

Al final me quedo callada y se queda la imagen,
la guardo en casa y sale lo mejor de mí,
sentimientos controlados, verdad escondida
La verdadera imagen de la que calla y se guarda sus mil palabras.
 


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