sábado, diciembre 13, 2014

Crónica "El Nombre"

Puesto que es bastante complicado desvelar más allá de lo que escribí en la entrevista Jorge Bosch sobre el argumento de la obra, ya que es como si fuera un microteatro que si hablas mucho más de la cuenta, destrozas todas las sorpresas que tiene de principio a fin, voy a limitarme a contar los aspectos por los que me parece que me ha sorprendido gratamente "El Nombre"

Reconozco que me hacía falta una comedia como ésta, llevaba unas cuantas obras en las que me he defraudado ante un gran expectativa o el humor queda mucho más burdo de lo que particularmente voy buscando a la hora de reírme desde la butaca. Todo se origina a través de la revelación del nombre de una de las parejas protagonistas y, a partir de ahí, se van creando las diferentes situaciones. Los temas donde no van a poder parar de identificarse y de sacar esa risa incontrolada que sólo el teatro sabe provocarte, van muy encauzados en esas tonterías que siempre se repiten en familia o en esas características que siempre salen a relucir cuando todos se juntan de nuevo.

Lo que tiene principalmente este montaje es algo que me destacó el propio Jorge Bosch en la entrevista, no parece que sea una adaptación sino que podemos llegar a pensar que es una idea creada por el propio Jordi Galcerán. Lo consigue dándole esa personalidad ya característica de sus textos y sabiendo con muchísima habilidad elevar in crecendo un ritmo vertiginoso, que al principio desconcierta aunque pone en alerta y cada vez más, acelera, aparece algo que no esperas y ríes, ríes muchísimo.


Y especialmente me alegro de haber entrevistado a Jorge Bosch. Junto a Antonio Molero son los dos grandes pesos en los que descansa la obra. Las constantes bromas de uno frente a las consideraciones y comederos de cabeza más sensibles que recibe el otro. Un tema que parece que está zanjado pero que se sigue rumiando hasta llegar a límites insospechados. "El nombre" saca la mejor vena cómica de estos dos actorazos que se salen. Llevan al extremo lo más ruin, estúpido y a la vez hilarante de sus personajes hasta tal punto que cualquiera de sus acciones provoca una carcajada. Celebro en el caso de Jorge el haber visto su mejor papel en comedia hasta la fecha y en el caso de Antonio, verle en un papel de persona culta (emocionando anteriormente con un papel más que tierno en "El tipo de la tumba de al lado" con Maribel Verdú) frente a esos papeles de irresponsable, poco inteligente aunque conservando esa faz divertida que no puede desaparecer de sus interpretaciones.

Los demás crean la comparsa perfecta para que todo funcione. Y excepto Kira Miró, que yo creo que en faceta teatral debe dar ese paso de riesgo y buscar ese personaje, con el tinte serio que le ha aportado a esta Ana, pero con más fuerza, que se le pueda oír más y que tenga mucha más presencia. Creo que ya ha llegado su turno. Tanto Amparo como César complementan a esos dos titanes que llevan ese gran peso fuerte, con frases chisposas y pinceladas de esas en la que la acción descansa y son necesarias para poder seguir toda esa intensidad.

La escenografía da mucho juego para que esos segundos planos y esa naturaleza real de cómo uno se mueve y se comunica en el espacio de una casa con visita familiar y de amigos y prácticamente se convierte en otro personaje más que ayuda al juego del humor y a que los actores encuentren ese ambiente propicio para dar lo mejor de sí mismos en cada escena que tienen que interpretar.

Aún estan a tiempo de divertirse con "El nombre" este sábado a las 20:00 en el Teatro Cervantes. Les aseguro que es la comedia que estaban buscando para reírse.

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