miércoles, abril 02, 2008

La noche es nuestra


Esta película es una nueva muestra de que en la actualidad se puede seguir sabiendo hacer auténticas delicias de cine negro. Incluso aunque la historia no presente nada original, su fuerza radica en el planteamiento estético y el ritmo que no descansa y hace que el espectador no se aburra, aunque ya conozca los acontecimientos que van a suceder.


Al igual que en la anterior película del mismo director y con los mismos actores principales, nos encontramos con un enfrentamiento inicial, en esta ocasión de dos hermanos, que aunque nacidos bajo el mismo mundo policial, uno decide actuar fuera de la ley y el otro meterse de lleno. El conflicto surge cuando ambos mundos se enfrentan directamente, cuyas consecuencias fatales provocan que al final, los dos hermanos que antes no se podían ni ver tienen que actuar juntos.


Todo esto bajo una magnífica dirección en la que se plantean diferentes escenas con muchos juegos de sombras y primeros planos, que hacen que una mera escena se contemple con mucho entusiasmo y viendo esos detalles faciales y de movimientos ante la cámara que asombran por su cercanía y la forma en que se presentan.


Un drama muy bien interpretado por un genial Joaquin Phoenix que asume el protagonismo absoluto por la dificultad de su personaje, que aunque ya lo hayamos visto en varias ocasiones interpretar a personas enganchadas en el mundo de la droga, siempre consigue darle un perfil diferente e interesante para la historia. Le acompañan un siempre genial Mark Wahlberg pero aquí, no puedo ser imparcial por mi preferencia obvia hacia este gran actor. Un Robert Duvall que simplemente con su presencia llena la pantalla, de la misma forma que Gene Hackman o Dustin Hoffman y que sirve de intermediario para las historias y de reflejo para cada uno de los sentimientos que se reflejan. Sin olvidarme de una Eva Mendes, que cambia de registro completamente y de una manera muy digna aunque parezca un mero personaje secundario.


Una película que se deja llevar por la intensidad de las emociones y por reflejar un cine negro muy peculiar, cuya única pega puede ser que ya ha sido visto en otras ocasiones pero no por eso deja de ser una buena historia, porque está muy bien contada e interpretada.

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