martes, septiembre 16, 2008

Te he olido, Grandullón

Querido Grandullón:

Voy a tener que ponerme seria una vez más contigo. ¿Ya has vuelto a fumar en pipa?. Mira que no aguantabas mi carita de perrito triste y que era mi mejor arma para que en su momento, dejaras de fumar y tus pulmones recuperaran el aire fresco que tanto necesitaban. Y ¿por qué no decirlo?, no me creía para nada tu excusa del tabaco aromático que le daba buen olor a la casa. No era tan ingenua.

Pues díle al que te haya dado la pipa en la Tribuna de los Pobres donde te encuentras, que me voy a enfadar con él como te siga incitando a que vuelvas a fumar.

No pongas esa cara. Te he olido. Estaba junto a mi niña cortando unas canciones del Boss y de repente me ha entrado un pálpito enorme al notar ese olor que hacía mucho tiempo que no entraba por mi nariz. Por un momento, he creído que estabas en la habitación de al lado, buscando esa bolsita con tu tábaco Amphora y que buscabas como loco tu cerilla para poder encendértela.

Cuando me he despertado del pálpito, he ido al estudio contiguo y he visto como el amigo de mi jefe, que estaban teniendo una amena conversación, estaba fumando tu misma pipa con el mismo olor.

Pero a mí no me engañas, sé que era una señal tuya de qué estabas ahí y sé que lo haces porque se va acercando la fatídica fecha y ves que ya la fábrica de lágrimas está empezando a producir sus frutos y no quieres verme así.

Gracias por el intento pero de todas formas, sabes que te sigo echando de menos cada día y que tus abrazos de oso no me los da nadie. Así que, por mucho que sepa y que me hagas saber que estás ahí, sigo sufriendo tu pérdida.

Pero por favor, nunca dejes de mandarme esas señales (aunque sean de humo de pipa)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola prima, bueno es increíble que siendo el olfato nuestro sentido menos desarrollado, es el que más recuerdos nos puede traer, más que un sabor, que un sonido, o que una textura, supongo que te acordarás de la famosa película de Disney "Anastasia", en la que de mayor al encontrarse con su abuela y olerle su perfume de lavanda le vino el recuerdo de su infancia. Simplemente con oler algo conocido, automaticamente algo por dentro detecta ese olor y lo sitúa en el tiempo y lugar concreto despertando ,entonces, emociones...
Muchas veces necesitamos llevar con nosotros esos olores para sentir que tenemos cerca a los que añoramos. Todos tenemos miles de olores asignados a una experiencia, a sensaciones, etc, así que te entiendo perfectamente, ya sabes que en todo este camino que es la vida y que hay que recorrerlo estoy contigo y que aunque no pueda abrazarte tan fuerte como nos abrazaba nuestro grandullón, lo intento :)
Un abrazo para la más fuerte y valiente que hay en este mundo. XXX

Anónimo dijo...

Yo tambien lo echo mucho de nenos....
La vida nos pone pruebas muy duras y amargas, pero...¿cómo evitarlas?
Hay que aprovechar lo bueno mientras dura

Stipey dijo...

Pues claro que era tu grandullón !!NO LO DUDES NI UN MOMENTO!! Ellos, desde ahí arriba nos mandan señales, un sonido, una canción, un olor, son pequeñas, a veces insignificantes, pero son la mejor manera de que nos demos cuenta de que siguen vivos, aunque sea en nuestro recuerdo...

Ya sabes, tu mejor que nadie que, "Las personas estan vivas, mientras que se las recuerda y por eso son algunas, inmortales, eternas...