martes, octubre 02, 2007

El corazón de la costa


El arcón se abre hoy con nuevas perspectivas y sobretodo hablando de corazón, como siempre lo he hecho desde que empecé esta andadura.
El corazón de mi nueva casa se va construyendo poco a poco, con mucho esfuerzo y sufrimiento que se va compensando gracias a la ilusión y al sentimiento que a uno le profesa llegar a casa y sentir realmente que esas cajas vacías que ocupan mucho sitio, se van convirtiendo en trozitos de uno mismo, repartidos por la casa.


Por otro lado, laboralmente mi corazón formará parte del nuevo programa que conduciré a partir de noviembre que se llamará El corazón de la costa y que supondrá un avance importante en mi carrera radiofónica. Espero que pueda latir por mucho tiempo.


Y el cartel que acompaña mi arcón de hoy, también tiene mucho corazón...


No me suelen gustar los filmes que retratan realidades sociales, siempre pienso que para ver ese tipo de cosas tengo los telediarios y que me interesa más ver historias en el cine que me sorprendan y me entretengan. Pues bien, esta regla se trunca radicalmente, ante una película de Antonio Mercero.


Su genialidad ya demostrada en otra obra maestra como es Planta Cuarta, sigue manteniéndose con Y tu quien erés, en la que se retrata fielmente como se sufre una enfermedad tan grave como es el Alzheimer, desde todos los puntos de vista. Y eso es lo que le hace grandiosa a la película, el hecho de poder contemplar como un paciente sufre ese mal y cómo lo asumen determinados miembros de la familia.


Si destacara las interpretaciones me quedaría muy corta, ya que aunque se sobreentienda que grandes talentos como José Luis López Vázquez o Manuel Aleixandre lo van a hacer bien, igualmente es cierto que el grado de ternura e incluso de compadecimiento que llegas a experimentar durante el transcurso de la película es brillante.


Es una película que llega al corazón pero con mayúsculas y de la mejor manera posible, que es contando de una manera magistral una historia real, pero dejando que el espectador contemple y saque sus propias conclusiones de lo que está viviendo.


Espero que todas esas historias verdaderas que quedan por contar, me las transmita Mercero o Albert Espinosa.

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