La voz rasgada de María Toledo rompe de emoción el Teatro Echegaray
La artista presentó su segundo disco, Uñas Rojas, el pasado viernes y sábado con el aforo completamente lleno y un público entregado que no paró de corear todos sus temas y sorprenderse con el homenaje que le preparó a Paco de Lucía en ambos conciertos
A mí me cabreaba muchísimo cuando compañeros míos de clase siempre se ponían nerviosos cuando acabábamos los examenes porque no tenían la certeza de que lo habían hecho bien y machacaban constantemente que iban a suspenderlos. Luego, llegaba la nota y llegaba el sobresaliente. Y yo les miraba con mi cara de odio que expresaba la lata que tuve que soportar con ese machaque y que al final siempre aprobaban y con nota.
Cuento esto, porque previamente al concierto que tuve el honor de disfrutar el pasado sábado en el Teatro Echegaray de Málaga, estuve con María Toledo en su camerino y le ví esa misma expresión y me decía esas mismas frases nerviosas de esos mismos compañeros que me las decían en mi niñez y para mis adentros me decía: "no te lo crees, ni tú, en cuanto cojas el piano, te los llevas a todos por delante". Y así pasó, como ya pude comprobar cuando la conocí hace años en un concierto en un sala menos señera pero que también se comprobó la fuerza que esta mujer tiene en el escenario.
Empezaron a sonar la guitarra de Jesús de Rosario y la caja de Lucky Losada, quienes demostraron una profesionalidad apabullante siguiendo a ese puro nervio que es María Toledo que aunque lo mida todo, siempre improvisa algo, y no se fueron de nota y ofrecieron un acompañamiento sublime. Y aparece ella, con unos pantalones de cuero brillante, una camiseta negra que también destacaba y unos tacones de vértigo y sonó su dolor hacia la pérdida del gran genio de la guitarra, Paco de Lucía, en un homenaje sentido, bonito y con unas palabras que nos llegaron al corazón.
Me demostró que ha creado una forma de sentir la música, huyendo de estereotipos de vestimenta y formalidad en el género que defiende, y que canta con la pasión, con toda su alma y dejándose llevar por el ambiente que se le crea, que fue el más ideal que ella pudo soñar. El público le clamaba las palabras más bonitas, coreaba, la felicitaba y no podía dejar de sorprenderse por los giros y por los momentos tan especiales que nos regaló durante todo su concierto.
En sus comienzos, no se separaba del piano y en este concierto pude comprobar su madurez, interpretando y bailando con un micro de pie y llevando ese arte único que tiene en todos sus gestos y en todos los matices que ha logrado aprender y mostrar con su voz única. Y en cuanto se sienta en su piano, los dedos vuelan solos y convierte cada nota musical en pura magia que llega muchísimo más en cada tema que interpretó, tanto de su primer disco homónimo como también de "Uñas Rojas" e igualmente temas míticos del flamenco de Camarón o de Lole y Manuel. Por cierto, vaya vestido azul más bonito que lució en la segunda parte del concierto, sigo diciendo que va a ser un referente de moda de aquí a unos años.
Para colmo, gracias a una iniciativa personal, al final del concierto ofrece una oportunidad a valores de la canción que lo tienen muy difícil en estos momentos poder cantar o tocar la guitarra en un recinto tan importante como el teatro Echegaray. Este gesto y el cariño que les dio en ese estado caótico de nervios para ellos, le honra y nos demuestra lo que ella respeta y vive este mundo musical, donde nadie le regaló nada y se lo ha conseguido ella solita.
Supongo que si echa la vista atrás y comprueba la manera en la que muchos han llegado donde están y que ella lo ha tenido que trabajar el doble que esos artistas, se lamenta y sueña con que podía haber tenido más suerte. Yo, en cambio, se lo alabo mucho más y que ella, por sí misma, haya encontrado su música y su público para poder interpretar sus canciones por todos los escenarios que ella quiera pisar. Es un ejemplo de cómo hay que conseguir lo que te propones.
Sé a ciencia cierta que a los que no somos flamencos, nos inundó bastante nuestros corazones para empezar a serlo y que algunas que tenían ese alma flamenca un poco escondida, la sacaron a relucir en cuanto escucharon sus primeras notas. Eso es lo que ella consigue y de lo que tiene que estar más que orgullosa. Seguiremos pendientes de tí, María.
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