jueves, marzo 20, 2008

Un día fatídico

Bueno Grandullón, atendiendo a tus deseos, hoy he superado el fatídico día en el que simplemente te llamaba para felicitarte por cortesía, aunque tu lo odiaras a muerte por ser otro de los días de El Corte Inglés.

De hecho, El Corte Inglés ha sido el más causante de mi infelicidad al acercarse ese día, porque fueron los primeros en colocar el cartelón del día del padre, y yo no pensaba cuantas consecuencias me iba a causar ese cartel que ya previamente odiaba.

He pensado mucho en tí, como todos los días, pero ya sabes que en días como hoy, la mente se vuelve más sensible y te recuerda más que nunca. Sé que no me creíste cuando me aseguré a mí misma, que tenía superada tu ausencia y que ya no me afectaría tanto. ¡Cómo me conoces, grandullón!

Como siempre me decías, me hago demasiado la dura y me pongo fuerte ante los demás para que nadie se preocupe de mi, como tu lo hacías. Pero lo cierto, es que sigo igual de débil cuando paseo por sitios que sé que estuvimos y compartimos los dos y no me perdono el poco tiempo que pasamos cuando volví de mis dos años en Barcelona, y miro todavía a mi lado del asiento del Unicaja para comentarte una jugada, y espero que me cortes cuando suelto improperios que no debería hacia los árbitros, y aún se me encoge el alma cuando tengo que volver a pisar ese piso sucio en el que compartí buena parte de mi vida y de mi felicidad.

Dentro de poco, es mi cumpleaños, mi primer cumpleaños en el que no me vas a sorprender, en el que no me vas a engañar con mi regalo y en el que no te vas a mosquear porque mi nene y tú, comprásteis lo mismo para mí. Echaré de menos todo eso. Era una de las razones por las que no quería celebrarlo, pero tu sabio como siempre, me has hecho un regalo en forma de algo que necesito. Un regalo que me ha servido no para creer en lo que sabes que no puedo creer, pero si pensar que desde donde estés has hecho lo posible porque ese mensaje me llegue: Se feliz y disfruta de tu cumpleaños que yo lo haré desde aquí.

Así lo haré, grandullón, te quiero mucho.

3 comentarios:

Your English Teacher dijo...

Cariño mío, el clavel blanco que lanzamos a la orilla de la vida,llamada mar, llevaba cuatro besos en las mejillas de sus pétalos; dos para tu padre y dos para tu abuelo, al que tanto hablo.
Nos sabemos de memoria sus comentarios de éste día de publicidad engañosa, y los vemos abriendo casi siempre los mismos regalos, que en el fono ansíaban y despreciaban.
Nos los vamos a imaginar en tu cumpleaños, alli sentados al lado de la niña que mejor se conserva, a pesar de su 25 aniversario, y seguro que tu abuelo sopla las velas antes que tú para fastidiarte, mándando un sustituto que me imagino será tu primo Nando.
Podemos llenar todo nuestro rincón de buenos recuerdos y no habría sitio en el restaurante para otros comensales, así que tráslademos nuestro júbilo a nuestra alcoba secreta desde donde conversamos, y si nos mantenemos en silencio se escucharán las carcajadas de ambos.
TE QUEREMOS

Dalia dijo...

Sospechosamente el día del padre es "despreciado" por la mayoría de los hombres en nuestra familia; pero nosotras sabemos que el fondo este día es una excusa para recordar y para honrar el más difícil trabajo que es ser padre. Aunque ya no tenemos edad para regalar esos dibujos tan "artísticos" que hacíamos en el cole, hoy sabemos que un "te quiero" es el mejor regalo...y de los dibujos ya se encargarán Nandito y Raquelilla ;)
Nati estoy segura que el tito está super orgulloso de su niña que empezó con un micrófono en mano con nuestro karaoke familiar y que ahora tiene su propio despacho.

Mando un beso al tito por esas charlas antimaterialistas ;)

Te queremos muchoooo

The man upstairs dijo...

Hola cariñito. Tú, como mis hijos, eres alguien muy especial para mí. Como hombre que soy, tengo la maldición de tener que esconder mis sentimientos con demasiada frecuencia. ¡Ya sabes, está tan mal visto que los hombres mostremos nuestras debilidades! Has hecho que me emocione una vez más al leer tu blog. Tu padre se sentirá orgulloso de ver como su "pequeña" es toda una mujer, aunque para él igual que para mí) siempre seaís nuestr@s pequeñ@s. Cada día que entro en mi academia me estremece el comentario de tu "grandullón" cuando la vio por primera vez: ¡Macho, si consigues que la gente aguante aquí mas de media hora, es que eres un mago! Tenía la intención al final de este curso de hacer la "inauguración oficial" con la familia para que todos (y especialmente él) pudierais ver cómo ha cambiado. Ahora, ya no tiene tanto sentido. Así que no sé si la voy a "inaugurar o clausurar" (me están empezando a pesar demasiado los años y tanto trabajo y estrés no sé cuánto más lo voy a podr llevar). Voviendo a tu grandullón, cada vez que empiezo un nuevo libro de la colección que me diste, me parece estar viéndole. Empiezo a imaginar la "discusión" que tendríamos sobre el personaje histórico o cómo la historia podría haber cambiado sí.......... Tan sólo lamento no haberle hecho patente de forma más clara que lo apreciaba casi como al hermano que no tuve. Es por eso que cada vez que tengo la oportunidad de verte te abrazo, te beso e incluso te doy un poquito de masaje. Que te quede claro que te quiero, al igual que quiero a mis hijos y que estoy feliz viéndote feliz y empezando a abrirte camino en esta jungla que es la vida.