domingo, marzo 30, 2008

Un conjunto de estrellas


Anoche, aprendí muchas cosas y me sorprendí de otras tantas.

Lugar: Palacio de los Deportes Jose María Martín Carpena

Motivo: Celebración del 25 aniversario de la Cadena Ser en Málaga con actuaciones de artistas malagueños

Compañía: Mi beatle, mi madre y mis tíos. Aún no sé como les dejé convencer para que se quedaran en el escenario y no fuéramos a sentarnos, pero lo ¡¡¡conseguí!!!. Acabaron con los pies reventados pero a mi me dieron una noche estupenda y le pondré contar a todo el mundo, que me hicieron pasar un rato muy especial con una locura de las mías, como es la de disfrutar de un concierto.

Evidentemente, cada uno ibamos a por nuestro artista particular pero también nos picaba la curiosidad de conocer caras nuevas que nos fueran a sorprender. Claro que, esperábamos que hubieran sido más de una, pero que le vamos a hacer.

Iré desgranando uno por uno a esos artistas pero antes quisiera decir que para un evento de este tipo, señores de la SER, no hace falta que se curren unos guiones ingeniosos entre artista y artista, de verdad que no hace falta. Los chistes eran más que patéticos, lo único que hubiera faltado para empeorarlo eran risas enlatadas, aunque al menos se hubiera reído alguien, porque lo que éramos nosotros, nos mirábamos con unas caras, porque es que daban pena. A saber:

Locutor 1: ¡Oye, que cumplimos 25 años!

Locutor 2: ¡Anda, si yo no había nacido que era un proyecto de placenta!

O también:

Locutor 1: Le he pegado una zancadilla a Celia Flores, pero da igual porque he podido estar un rato con ella

Locutor 2: Pues anda que vas a ligar mucho con la patada que le has dado

Así estaba el nível, y todos rezábamos porque el nivel musical de Málaga fuera mejor que el de nuestros guionistas. La primera en aparecer fue la artista de la foto que ilustra el arcón de hoy, María la ganadora de Factor X, visiblemente muy nerviosa pero que demostró a todo el pabellón porqué ganó ese concurso y porqué emociona tanto con su maravillosa voz. Eso sí, le damos un cate bien grande a ese diseñador de vestuario por haberle puesto un mantel por vestido, pobrecilla.

Después de otro alarde de humor, aparecieron unos muchachos de un grupo llamado Diez negritos, y al igual que la novela de Agatha Christie, esperábamos que todos los del grupo fueran muriendo hasta el final de la actuación. Porque, a cada dos palabras de la letra, estaba pidiendo un beso, ganátelo chiquillo, que no somos tan fáciles.

Una sorpresa iluminó el concierto, la gran Anabel Conde, que quedó segunda en 1995 en el Festival de Eurovisión, fue una de las más emocionadas de la noche, junto a Diana Navarro. Yo la recordaba, porque me aficioné al Festival de Eurovisión a partir de ese año. Primero, nos sorprendió con un tema de Whitney Houston, al que no le vamos a valorar la calidad de la pronunciación, que de eso ya se encargaron mis expertos profesionales, pero si su gran calidad de voz porque nadie se esperaba el talento de esa chica. Me sentí luego un poco mayor, al ser la única que recordaba el tema de Eurovisión que cantó después, pero bueno al menos lo interpretó que era lo que yo quería.

La pajarita entró en nuestras vidas de la mano de Santos de Goma, ex Mosquitos, anda que estos si que se estrujan la cabeza con los nombres. Un hombre que llevaba las alzas más grandes que he visto en mucho tiempo, una camisa tuneada de flores que se la abrochó hasta el cuello acompañado de la pajarita hermosa. Decía que su canción sería muy escuchada en los 80, a lo mejor la radiaban todo el rato en su pueblo y por eso se escucharía tanto, porque lo que era allí, no la conocía nadie. Al menos, dio espectáculo, eso sí.

Cuando ya pensaban que vendrían los buenos de verdad. Me viene una buena moza de chaqueta blanca llamada Aurora Guirado, que me dio mucha calor nada más verla y posteriormente, muchas ganas que se fuera. Porque mucha pasión le pondría, pero entendérsele muy poquito.

Y como no, me volví a equivocar cuando salió ante nuestra presencia, la persona más inmóvil y paradita que he visto en mucho tiempo. Celia Flores. Siendo hija de quién es, podría haber heredado algo de mami Marisol, al menos mover los ojos, porque estaba allí en su sitio muy bien puesta, pero nada más. Al menos en una ocasión, movió un brazo hacia arriba y pude comprobar que estaba viva.

Encima estas dos perlitas, nos desesperaron del todo, cuando a la Orquesta le otorgaban el bonito calificativo de "Banda". Más que pensar que no triunfan en la música porque no se les promociona, a ver si va a ser porque no tenemos algo de cultura, encima musical, que es lo suyo y que aprendan a diferenciar lo que es una orquesta de lo que es una banda. Porque me encantaría saber que se le pasaría al pobre del director en la cabeza, cuando escuchó de esas dos cantantes ese calificativo, sería algo así como "Tantos años en el conservatorio para que me digan que dirijo una banda, la banda del sur vaya"

Como también me encantaría saber qué pensaría la buena chica del chelo, cuando el gran triunfador de la noche, que fue el que mejor se lo pasó, seguro, intentó ligar con ella. Se trataba de Tabletom, uno de los grupos más conocidos de Málaga, cuyo vocalista había pillado todas las existencias de alcohol que encontró y quiso probarlas todas. Pero todas, todas. En un momento, pensé que si se iba muy para atrás para cantar, se daría de bruces con el suelo. Eso sí, el tío no perdió la ocasión de intentar ligar con la chica del chelo, que todavía tiene que tener pesadillas en su casa. El hombre, parecía sacado de los dibujos animados, una gran barba gris, colorado como un tomate, con un chaleco lleno de bolsillos enormes, y con una vocalización para presentar el tiempo, vaya. Al menos, acabó las dos canciones, con mucha ayuda pero las acabó. Sus gestos y sus andares, fueron de lo mejorcito de la noche. Por cierto, el gran señor, no se le ocurrió otra forma de denominar a la orquesta, que llamándola "Conjunto". ¡¡¡Toma ya!!!

Y ya si que sí, apareció esa gran sorprensa en forma de Vicky Madera, una artista que se presentó como la menos conocida y ojalá hubiera tenido mayor protagonista. Como bien dijo mi tía cuando la escuchamos cantar, si cerrabas los ojos, pensarías que era una cantante de soul negra. Una estupenda voz que compaginaba a la perfección con un saber estar en el escenario. Esta chica fue nuestro gran descubrimiento y nos quedamos con las ganas de conocerla un poquito más.

Los buenos llegaron en forma de Nuria Fergó, un poco sequilla, pero seguía manteniendo esa voz dulce para cantar esos boleros a los que le da tanta pasión. Una jovencita Vanessa Martín, que poco a poco, va allanándose el terreno y cuando tenga un poquito de tablas, será una gran triunfadora.

Y por fin los nuestros. En primer lugar, una muy gafe, Diana Navarro, que nada más interpretar su primera canción, se estropearon las luces del escenario. Al presentador que no pienso nombrar, para no darle el protagonismo que tanto le gusta, no se le ocurre otra cosa que decir que "Diana, con tu voz, has apagado hasta los plomos", que bonito hijo, podrías competir con los hábiles guionistas.

Después, mientras arreglaban la luz, el presentador intentó amenizar la noche con alguna de sus perlas, made in él mismo, y la gran Diana Navarro nos pudo deslumbrar con su segundo tema, demostrándonos porque ha triunfado como lo ha hecho, sobretodo con una gran canción a capella, que nos dejó a todos enamorados de su voz. Eso sí, también hizo desmayar a una chica del público, asi que todos los males se los llevó la pobrecilla, pero espero que se quedara con esa gran ovación que se llevó.

Tampoco había escuchado nunca a Pasión Vega, y a pesar, de que tiene una extraordinaria voz, lo que a mi más me entusiasmó, fue su constante sonrisa. Una sonrisa hechizadora que demuestra lo que disfruta en el escenario, con una puesta muy simple, pero efectiva que te llegaba intensamente al alma. Y además, hizo emocionarse mucho a mi tía, que la admira muchísimo y con razón. Guapa, guapa, más que guapa. Que vestido más maravilloso llevaba además.

Y por fin, mi Susana hizo acto de presencia con un estilismo propio de ella. Cantó como siempre. Y se acompañó de mi Javier Ojeda, para cantar esa canción que les ha revalorizado, y aunque no me guste que sólo se les conozca por ese tema, lo cierto es que demostraron la gran complicidad que tienen y nos la demostraron a todos nosotros con sus grandes voces.

Danza Invisble fueron los últimos con sus canciones más conocidas. Lógico, aunque no me gustara. Pero me quedo con esa energía contagiadora de Javier Ojeda que me hizo vibrar como siempre, y esa recuperación de Antonio, al que le mandé un beso desde el escenario que él amablemente, me correspondió.

La sorpresa final tuvo un sabor amargo y otro dulce. El amargo fue ese impresentable al que no me quiero referir, que simplemente por su afán de protagonismo, quiso recordar en un momento en el que no pegaba nada y sólo quiso demagógicamente ganarse al público, recordar la memoria de la persona al que dieron nombre al pabellón, que fue asesinada por ETA y cuya hija trabaja en la SER. No hacía falta y no venía a cuento.

Pero lo dulce, fue escuchar a esa voz que nos entusiasmó, Vicky Madera acompañada del gran Javier Ojeda, en un éxito tan conocido como I feel good de James Brown. Un gran colofón que sirvió para que las estrellas descansaran un ratito del cielo y se quedaran para deslumbrarnos en un gran concierto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Partiendo de la base que me ha encantado tu arcón... y sobre todo tu redacción sobre un concierto que iba a ver, pero causas ajenas a mi voluntad lo impidieron. Te diré que me he reído como nada leyéndolo XD

Tuve la suerte de escuchar a anabel (via cutre movil como se suele hacer en los conciertos para dar envidia) y el sonído del público lo decía todo...

¿tendrías alguna foto del evento?

Gracias de antemano...

lauracardenas@telefonica.net

Vicky Madera dijo...

Solo puedo darte las gracias, Natalia, por tus maravillosas palabras hacia mi persona. Me llegó tu blog a través de una compañera de profesión y me sentí alagada a la vez que ilusionada al leerte. Estos comentarios hacen que siga cada día intentando dar un pasito más dentro de esta durísima profesión. Esa noche estaba en minoría, como sabes, pero creo que conseguí entusiasmar a mucha gente y me alegra que tú fueras una de ellas. Mil gracias, de nuevo y cuando quieras saber algo más de mi, ahí está mi e-mail.

Un fuerte abrazo.

Vicky Madera