domingo, noviembre 11, 2007

Pasión baloncestística


Esta fotografía pertenece a uno de los escenarios que forman parte de mi vida. Se trata del pabellón de los deportes Jose María Martín Carpena, recinto en el que acumulo mis penas y alegrías cuando juega el Unicaja de Baloncesto.


¿Por qué el baloncesto y no el fútbol? Sencillamente por dos razones:


La primera porque desde pequeña he crecido junto a mi padre viendo partidos de unos señores que se empeñaban en meter una pelotita dentro del aro e iban vestidos todos de amarillo. Esos señores formaban parte de un equipo llamado Los Angeles Lakers y aunque por mi corta edad no entendía nada de lo que estaba viendo, si que me contagié de una buena energía y de una buena sensación de disfrute, mientras observaba el partido. Y según mi padre, si los amarillos metían canasta había que estar contentos y sino, pues no. Eso de controlar cuando uno tenía que ser feliz o no, me apasionaba.


La segunda fue ser diferente. Si, porque a todo el mundo le gusta el fútbol (y ahora de repente la formula 1) y todo el mundo vibra de emoción con un deporte al que yo no le veía, ni le veo significado alguno, y no quería pertenecer al grupo de todo el mundo. Para mi el futbol, es un deporte lento, no hay tiempo de reacción en unos segundos, ni vibraciones por una última jugada, solo esperar a que lleguen a la porteria contraria y esperar esperar esperar... El baloncesto es todo agilidad y control, y sobretodo dinamismo.


Cuando cumplí 13 años, le pedí a mi padre que fueramos socios del Unicaja, porque quería descubrir esa sensación de pertenecer a un equipo y disfrutar de sus victorias y acompañarle en sus derrotas. Tuvimos la gran suerte de que nos cogieran y cada fin de semana, desde hace 11 años, nos planificamos el fin de semana para poder ir a ver a nuestro equipo.


Cuando voy a los partidos es mi sitio de desfogueo, os lo explico. Hay momentos en los que la rabia acumulada del día, por todas las cosas que nos suceden a todos, la tengo que soltar de alguna forma. Y la manera que más me gusta es chillando. Pues en los partidos, además de animar a mi equipo, aunque sea yo sola la de la grada la que lo haga y todo el mundo me mire, me da igual. Solo necesito mis momentos para soltar un gran grito y quedarme tranquila.


El jugador que más me entusiasma de mi equipo es Carlos Cabezas. Todo un crack, le admiro por echarse el equipo a las espaldas cuando todo pinta mal. Es una buena actitud en la vida que la hace imprescindible en el campo. Todo un campeón.En cambio,lo que si me da coraje son esas personas que solo disfrutan insultando a un jugador específico y se ensañan con el hasta reventar. Me parece que es una forma de meterse con el más débil y además sin que el pueda defenderse, como hacen las personas cobardes y eso no lo soporto. He aprendido a valorar las actitudes que quiero que me acompañen y cuales no.

Pero lo importante es que ahora el baloncesto es una cosa estimulante que afortunadamente disfruto con mi padre y además con mi novio, asi que no puedo pedir más. Bueno si, que esta temporada me jueguen un poco mejor, porque no quiero morir tan joven de un infarto.

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