martes, abril 10, 2007

Mas vale tarde que nunca


Joer cuanto tiempo hace que no escribo¡¡¡ Parece que no, pero se nota cuando no le das a las teclitas del ordenata para contar tus cosillas...
Mi cumpleaños finalmente resultó fantástico y mi regalo mayor han sido estos días que he podido pasar en mi Málaga querida donde ha ocurrido todo lo que yo esperaba que ocurriera y lo que es mejor todo lo que quería que ocurriera. Sabeis que pronto volveré...
Lo peor fue la mudanza con seis maletas llenas hasta los topes para coger el tren de Barcelona a Madrid y de Madrid a Málaga. Nunca había tenido que luchar tanto para colocar unas maletas y nunca había tenido unas agujetas tan horrorosas que no se te quitan en dos días. Pero bueno poco a poco todos los trastos que puedes llegar a acumular en un piso pequeño van bajándose y este arcón pronto también, aunque seguiré escribiendo seguramente de lo mismo pero en casa, en mi verdadera casa.
Las pelis que os voy a ir comentando en estos días son las que he podido ver en Málaga y empezaré con la que más me ha impactado y que ha ocupado el trono de mi peli favorita del año junto a Banderas de nuestros padres.
Me daba muchísimo pánico ir a ver 300, más que nada porque me llevé dos decepciones muy gordísimas tanto con Troya como con Alejandro Magno, porque a la servidora le encanta leer todo lo que tenga que ver con mitología e historia de Grecia y la verdad es que estas pelis dejaron mucho que desear. Entonces no sabía lo que me iba a encontrar si contaban la batalla de las Termópilas y mucho más si era una adaptación de un cómic que no había leído y no sabía por donde iban a ir los tiros.
El caso es que también me daba mucha curiosidad verla y la fuimos a ver a la sala Imax del Yelmo Cineplex, porque una peli de estas se merece visionarla en condiciones y con buenas palomitas jejeje. Tengo que decir que me lleve una sorpresa muy grata con la película, no solo retrata fielmente la historia de la batalla de las Termópilas sino que al estar contada a la misma forma que un cómic, le da un ritmo y una agilidad increible que te hace estar pendiente durante toda la película de lo que está sucediendo, sin dejarte que te calmes en ningún momento. Lo que más te llama la atención es la estética muy parecida a Sin City, aunque no tan oscura lo cual para mi es de agradecer, mezclada con unas ralentizaciones a lo Matrix en las batallas, que hacía que todo lo que estaba ocurriendo cobrara mucho protagonismo y te sorprendieran mucho cada una de las escenas.
Normalmente, no me gustan las escenas con mucha sangre y descuartizamientos pero de la forma en que lo hacen en esta película, no me resultó para nada desagradable y además con la música tan adecuada que utilizan como que te metes más en lo que está sucediendo y todos los enfrentamientos parecen orquestados de una manera magistral. Además de la buena dirección, no conocía a ninguno de los actores y quedé bastante sorprendida del trabajo que realizan, lo que ocurre es que el protagonismo mayor se lo lleva la manera tan bien hecha de contar la historia. Eso si, nunca había visto tanto cuerpo perfecto bien depiladito, vivan los espartanos¡¡¡
Una muy buena recomendación para salir a gusto de una buena película.

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