Me gusta Nick Hornby los personajes que crea en su literatura. Ese punto de locura de frases sin sentido, mucha música y relaciones de necesidad vital con otros personajes.
"Alta Fidelidad" siempre ha sido de mis películas favoritas, con un John Cusack y un Jack Black que te ganaban el corazón desde la primera escena con sus diferentes fracasos amorosos y que siempre andaban comparando esas experiencias con canciones míticas.
Este autor siempre ha sabido compaginar diferentes emociones pero en este caso que nos ocupa, "Mejor otro día", además los ha juntado en un entorno completamente extraño y que a primera vista, no nos debería causar ninguna gracia.
Es la noche más importante del año, Nochevieja, y cuatro personas totalmente distintas deciden suicidarse desde la azotea de uno de los principales edificios de Londres. No se conocen de nada, pero se han necesitado sin conocerse. Se aportan la compañía y creo, que más que nada, el que alguien te escuche qué te pasa por dentro.
El comienzo es de comedia brutal, de esa que luego sales de la película y razonas que te has reído de un tema que en una conversación normal con amigos no te reirías ni una pizca. La provoca sobre todo el personaje de Imogen Potts, el más caótico y fundamental en este tipo de historias de Hornby. Hace de nexo entre ellos, aunque parezca que Toni Collete y sobre todo, Pierce Brosnan sean los que tengan que llevar la batuta, pero la dulzura loca de esta actriz acaba con esa idea. Los revoluciona y les hace pensar en el punto en que estan sus vidas y, a la vez, ella puede solucionar la suya encontrando la solución de los demás.
A medida que avanza la película y los acontecimientos derivan en unos extremos impensables, el interés también va decayendo, el humor se va transformando más en drama y nuestor interés simplemente se basa en el cumplimiento de un pacto que hacen y que no sabes si se cumplirá.
Ese quizás es el fallo de la historia, que empieza fuerte con ese humor y escenas que no te esperas y cuando se va normalizando a la vida real que cada uno lógicamente va recuperando, se pierde la atención y el entusiamo.
Finalmente, te quedas con una mejor sensación de disfrutar de la vida, de no acabar como ellos y que has visto una comedia entretenida, que tiene unos puntazos como el grado de telebasura al que podemos llegar (y eso que hablamos de Londres) y muchos más, muy divertidos, que hubiera sido más agradecido que se produjeran de una manera más continuada.
Nota: 5 Arcones
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