Con el miedo que hay siempre a las continuaciones, la verdad que "2 francos, 40 pesetas" es un ejemplo de cómo se tienen que hacer.
Conocimos a Martín y Marcos llegando en los años 60 como emigrantes a Suiza y conociendo, de la manera más veraz que se pueda contar en ficción, los ambientes, el vestuario y la forma de hablar de la época. Y viajabas con ellos, con sus inquietudes y miedos, descubriendo ese lugar nuevo donde todo les parecía asombroso. Sobre todo, las mujeres.
Y ahora, ya han establecido sus vidas y lo mejor de esta película y de esa dirección y guión de Carlos Iglesias, es que vemos diferentes resultados de lo que la vida les ofreció que puede ser muy similares a los que vivieron muchas familias, ya en esos últimos años antes de que Franco muriera. Los que se quedaron en Suiza y establecieron allí su vida, pero que algunos siguen sin hablar ni papa de suizo a pesar de tantos años, como le ocurre a la mujer de Marcos, los que se volvieron añorando Suiza, caso de Martín, y no encontraron una vida mejor y quiere volver pero su mujer, una magnífica Nieve de Medina (me postro ante sus interpretaciones), se niega y cuando coincide con viejos compañeros de viaje, se preocupa en aparentar tener la vida que deseaban y que no tienen y ahora sus hijos, que quieren volver a vivir esa experiencia de sus padres, sobre todo, porque la viven de la misma manera que a ellos les pasó. Con otros modos de vida, más de libertad, cosa que no podía suceder en España con la Dictadura y que claro, al encontrarse con esa falta de censura en todos los sentidos, quieren vivirlo todo al máximo y disfrutar de ello.
En la película vemos esto y, además, mucho humor. Personajes carismáticos de la época, las suegras contestatarias, un cura que se alegra enseguida con el alcohol y una situaciones con gags muy divertidos que hacen que reconozcas cómo se vivía en ese momento pero a la vez te resulte ameno descubrirlo y vayas disfrutando de esta película con mucha ternura y descubriendo una evolución de estos personajes muy certera.
Como no, en una película de estas características, se cuida especialmente el ambiente y el vestuario, pero destaco la música de Mario de Benito, que en los créditos crece y resulta más que apropiada para meterte en el terreno de la historia y que luego, va acompañando a toda la historia de los personajes.
Celebro el cuidado y la sinceridad con el que Carlos Iglesias habla de esta época y recomiendo las dos películas, además de "Ispansi", porque cuando se trata este tema con la verdad y con este cariño, merece mucho la pena.
Nota: 7 Arcones
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