viernes, febrero 15, 2008

Valentín caótico

En una fecha tan señalada como la de hoy, la recordaré durante mucho tiempo por todas las vivencias que me han ocurrido en este día, al que no he encontrado una defición más apropiada que caótico

A la mañana, mi valentín y yo nos hemos ido al ayuntamiento de nuestro pueblo para inscribirnos como pareja de hecho, algo que llevamos pensando hacer desde hace tiempo y que resuelve a la perfección, el dilema de las personas que no nos queremos casar pero si que queremos ser reconocidas como pareja ante la ley. Lo primero que nos ha ocurrido es la incompetencia de algunos funcionarios que me ponen de los nervios, por tener siempre que llamar a veinte mil sitios para responderme a una cosa, cuya solución era: váyase enfrente de la calle que allí está el juzgado

Allí abrían media hora después de que nosotros llegaramos, asi que decidimos buscar un mejor sitio para aparcar, con lo que agotamos esa media hora porque en benalmádena es un milagro encontrar un sitio libre y el que hay, a pagar al gorrilla.

Total, que ya teniendo los papeles que hacían falta, nos toca una sosa, que pedía a gritos un café para despertarse, para inscribirnos como pareja de hecho y gracias a su lentitud notable, nos hemos percatado que también se intenta hacer negocio con las parejas de hecho. Fíjaros:

Lectura y celebración de parejas de hecho en la sala de juntas del Ayuntamiento: 45 euros
Lectura y celebración de parejas de hecho en el castillo Bil-Bil (una cosa que parece un castillo al lado del paseo marítimo y que solo merece la pena por los azulejos): 180 euros
Leermelo como me lo ha leído la sosa: No tiene precio y además es verdad, porque ha salido gratis

La aventura ha continuado por la tarde, cuando he ido al centro de alta resolución a mi cita con el otorrino para que me examine la garganta. El centro este tan informatizado, resulta que para cualquier cosa, tienes que hablar con la persona del mostrador, luego pasar una tarjeta en una máquina que no funciona, para que al final te saque un ticket la persona del mostrador. Al llegar a la consulta, no basta con esperar tu número de ticket que ya tienes, sino que otra vez tienes que pasar por un mostrador, no entiendo pa que, pero hay que hacerlo. Asi que la informatica allí, no vale un pimiento.

El otorrino nada más empezar, me ha dicho que tengo el tabique izquierdo desviado y que si quiero, me operan la semana que viene. Yo, perplejada por todos los acontecimientos, le he puesto una cara de pánico y le he suplicado si me podía evitar ese sufrimiento, a lo que me dice: Si respiras bien por el otro lado, no pasa nada, no tienes porque operarte. Asi que, para que pasarlo mal, me quedo como estoy.

Pero ahí no queda la cosa. El fatídico momento llega con la nasofibroscopia, palabreja que no suena nada bien, y es normal porque consiste en meterme un tubo por la nariz para examinar tus cuerdas vocales. Que dolor. No podeis imaginar lo mal que lo he pasado y no me he resentido al demostrarlo, he gritado como una niña chica, pero lo que me dolía no era ni normal.

Asi que, como se ve que tengo un principio de nódulo, pero nada grave, me ha mandado a un logopeda para que haga esos bonitos ejercicios con los que le doy tanto susto a mi valentín, porque en cuanto menos se lo espera estoy gritando vocales o afinando la voz.

Las cosas buenas se hacen esperar y todo este relato tan agitado ha tenido un buen colofón final con una bonita cena de San Valentín en uno de nuestros sitios favoritos y ese ha sido nuestro regalo.

Espero que vosotros, de una u otra forma, lo hayais disfrutado y sino, pensad que simplemente es un día más, que os ha salido mal como cualquier otro.

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