Se que es lógico pero me da especial rabia que ante la promoción de una película, haya que estar resaltando del director y coguionista de "Pagafantas" y "8 apellidos vascos". Lo sé, que es algo que deben hacer para promoción de la misma. Pero sinceramente, no hay mejor publicidad que la ironía y la comedia ante una situación que nadie querría plantearse ni enfrentarse como son las cuestiones del terrorismo etarra.
Por ese hecho, simplemente me animé a ver esta película y porque soy fan del riesgo y de la inteligencia de Cobeaga que tantas veces me ha hecho disfrutar con "Vaya semanita" y esos sketches que en mi cabeza eran impensables que una persona se atreviera a hacerlos. Y más allí, en el País Vasco.
"Negociador" satiriza sobre esos encuentros que tuvo el socialista Jesús Eguiguren (a quién simplemente modifica el nombre propio por Manuel) y Josu Ternera y Thierry en el año 2005. Y los embauca en una atmósfera de comedia a lo bestia donde las comparaciones y las cosas más absurdas sirven para hacer avanzar la trama y que tengas unos picos de risa incontrolable al no creerte que se haya atrevido a comparar la terminología vasca con las reivindicaciones de una prostituta hasta definir qué es conflicto y qué es violencia, o no hablar de negoción si no de diálogo.
Dice Borja Cobeaga, la peli es tan corta que te da tiempo a tomarte algo y es cierto porque la duración no llega a las dos horas pero para mí ese ha sido el problema. Te lleva a unas expectativas muy altas, ves esa intención de desdramatizar todo este conflicto aunque hay algunas escenas de enseñar simplemente los paisajes que hubiera preferido descartarlas, me encanta la parte en la que el protagonista lo único que quiere es que sus compañeros de toda la vida del colegio les saluden al entrar en el bar y no le ignoren cómo si no existiera, un detalle tan estúpido pero para una persona que lo vive constantemente es fundamental y que se acabe tan pronto, te deja muy fría como espectadora. Seguramente es cierto, que ya no había más que contar porque lo importante no es la negociación en sí, si no las tonterías que se provocan alrededor de ella. Pero salí contenta de haber entendido esa crítica tan extrema pero con ganas de haber tenido mucho más.
Los actores y actrices están todos estupendos. Sorprendentes en algunos casos como el irreconocible Carlos Areces, complementando a la perfección la intención y el tono que tenían que tener cada uno de ellos.
Lo bueno es que vivamos ya en un momento en el que podamos ver películas así y que dure, por favor.
Nota: 6 Arcones
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