Estoy contentísima por haber superado este primer difícilisimo partido de play off por parte de mi Unicaja pero no lo logro saborear como antaño.
La ceguera de mi infancia en Ciudad Jardín cuando mi grandullón se quedaba callado y no entendía porqué no respondía a los cánticos y se quedaba perplejo mirando la cancha y animando por su cuenta cuando el partido lo necesitaba, era algo que no me entraba en la cabeza. Hasta esta temporada dónde ya me he abierto los ojos del todo y más que nunca comprendo su postura.
Entiendo también porqué no le gustaba que me metiera en foros de baloncesto y que me dijera que sería más feliz aprendiendo a ir sola a los partidos, disfrutarlos desde tu asiento y analizarlos del coche a casa hasta el partido siguiente. El abanico de descalificaciones y de consideraciones como si todos fuéramos entrenadores y tuviéramos la verdad absoluta es apabullante.
El resumen es que nos ha costado, dios y ayuda, ganar este partido. En ese primer cuarto, el Gran Canaria nos ha tomado la medida y no creo que por lo que dice Joan Plaza que nos ha costado entrar en el partido. Ellos sabían que su baza era ganar este, poner la carne en el asador desde el primer minuto y lograr llevarse ese 0 - 1 para el fortín canario. Si sorprenden desde el principio, al Unicaja le iba a costar más remontar una ventaja amplia. La suerte es que no les hemos dejado que eso ocurra y hemos encontrado las herramientas necesarias para superar esta situación tan adversa. Pero me asusta esa facilidad que tiene nuestro equipo para que siempre entren en el partido con más fuerza y tengamos que remontarlo. Con el Madrid, no nos salió bien la jugada y no me gustaría que fuera una tónica habitual
La clave ha estado, sin duda, en Granger. Un jugador que no gozaba de mi devoción por sus altibajos, porque no me gustan las estrellas de un partido y que en los importantes desaparezcan y no asuman responsabilidad. Hoy lo ha hecho ante un Calloway que no estaba, pero que no se olvide nadie que ha estado en muchos partidos importantes y discrepo de la opinión con la que he discutido con un aficionado en el descanso que Calloway no defiende y sino que se lo cuenten al Chacho a ver si no sigue teniendo pesadillas con él. Bueno a lo que voy, le ha dado es punto de rapidez, transición de balón, asistencia, visión periférica y las características necesarias para que haya sido el jugador que le ha dado la vuelta al partido y ha logrado que ganemos. Ha contagiado a un Fran Vázques ha ido de menos a más en su defensa y cuando Fran defiende bien, pide balón en ataque y no hay quién le pare. Pone un tapón y sube enseguida a bloquear para que un compañero entre a canasta o coge un rebote y pasa rápido para un contraataque. Da gusto verle jugar en esta temporada.
Pero este año me quedo con Carlos Suárez. Qué miedo de su madriditis protestona y quejica y cómo ha cambiado este jugador quitándole esas tonterías. De los jugadores más completos que he visto en una cancha. Hoy Joan Plaza ha dicho en rueda de prensa que espera más de él. Me ha faltado ese reconocimiento a su valor constante, a su regularidad y a esa fuerza que le hace capturar unos rebotes impensables. ¿Qué podía tirar más? Es cierto. Pero como hablaba con este mismo señor al descanso, hay jugadores que no se dan a notar por sus entradas artísticas o sus triples, trabajan y trabajan sin descanso para que el juego del equipo fluya y Carlos lo ha hecho desde el primer partido. Estoy feliz de verle jugar. Da gusto.
Y bueno el tema que me ha hecho no disfrutar del todo esta victoria es escuchar a Joan Plaza felicitar a Los Mihitas y al Fondo Verde por su ánimo para que el Unicaja logre esta victoria. Estrategias que le haya mandado el club o no, lo cierto es que me ha dolido ese reconocimiento.
Me ha dolido porque desde que mi padre me hizo pisar una cancha en Ciudad Jardín no he fallado a ningún partido (sólo mi estancia en Barcelona y partidos muy escasos por causas familiares). Y a mi no me tiene que decir nadie que vaya a animar ni me tiene que decir cómo tengo que hacerlo. ¿Vale la oficiosa y la de los demás, no? El baloncesto lo concebí desde siempre como un espectaculo libre donde el público se manifiesta como quiere. Hay veces, que el equipo está veinte abajo y yo grito desde encima del palco presidencial, VAMOS VAMOS y la gente me mira raro en plan, "esta chalada que hace" pero cuando se ponen a tres puntos, el bombo suena, de repente nos acordamos de Málaga, Málaga y la gente se apunta al carro. No es justo que no valga lo mío igual que lo de los demás.
Voy al Carpena como iba a Ciudad Jardín a disfrutar del baloncesto, meterme con los árbitros si considero que lo hacen mal y animar a mi equipo en las buenas o en las malas. No hace ni una semana que no había un alma en el Carpena, sino los que queremos al equipo, los que el club no nos cuida (bueno lanzando una gorra de Coca Cola que creo que es lo único que me han dado en los 18 años que llevo de socia) y los que nos ponen el "I will survive" y subimos las banderas que ese sí es nuestro himno, alegre, divertido y con ritmo, no una sosaina triste de alguien que no sabe ni lo que es un campo atrás.
Yo no soy bandera de nadie, yo soy unicajera, he sido de Curro Avalos, Dani Romero, Marcaccini, Babkov, Miller, Ansley, NDong, Weiss, Cabezas, Paco Vázquez, Alfonso Reyes, Risacher, Mrsic, Garbajosa, Brown y muchos más. Cuando gritan lo de "No juegas solo, si yo estoy aquí", no han estado siempre, esos bombos y esas trompetas o ¿recordamos la espantá por diferencias con el club?. El Carpena no vuela, volaba Ciudad Jardín cuando éramos humildes y hacíamos bailes divertidos con el Europeo de Turquía. Eso era volar.
Me vuelvo a repetir pero me dieron mucha envidia las aficiones de los equipos de la Copa del Rey. No necesitaban himnos, estaban sus gargantas, bueno al menos eran canciones animosas y no para cortarse las venas con letras profundas que ni lo son.
Sería completamente feliz si el club y su entrenador nos reconocieran nuestra dedicación. Nuestra incondicionalidad. No hemos tenido excusas, hemos ido a ver baloncesto y hemos criticado coherentemente si han perdido. No nos subimos al carro de la oportunidad cuando van ganando y conviene. He estado cuando perdieron en casa con el Valencia, Cai (las dos veces la de Liga y la de Copa del Rey), Laboral Kutxa, Barcelona, Joventut (que me dolió en el alma) y la última con el Madrid. No voy con otra equipación que no sea la del Unicaja, que cada vez lo que puebla por el Carpena, tela marinera y encima cantan "Unicaja yo vivo por ti". Y ¿quién me felicita a mí?. No. Sólo malas caras cuando en los momentos que nadie grita, lo hago yo.
Pues seguiré con mi filosofía grandullona y los veré de esa manera porque no lo concibo de otra. Porque el baloncesto se disfruta así. Pero espero que se logre rectificar en ese camino, escuche un himno de verdad que refleje lo que sentimos los verdaderos aficionados y al menos nos divirtamos y movamos las caderas y que el club reconozca mi ánimo constante que para mí fue el ejemplo de cómo se anima a tu equipo en este deporte que es mi vida.
A por ellos el domingo. Nada de pensar que está todo hecho. Intensidad, trabajo y juego en equipo. Así ganaremos.
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