miércoles, noviembre 08, 2006

Artículos interesantes

Hay veces que cuando lees tu periódico habitual, la mayoría de los artículos estan bien aunque no te llegan a entusiasmar pero esta semana ha sido sorprendente en este sentido, porque en El País me han encantado dos columnas del lunes y del martes y no quería dejar la ocasión de compartirlas con vosotros. Una es sobre el proceso y las repercusiones de las elecciones catalanas, que no os imaginais el coñazo que ha sido y Eduardo Mendoza lo retrata con una claridad exquisita en este artículo:

DESASOSIEGO (Eduardo Mendoza)

Como boxeadores pesados y vencidos por la fatiga que se abrazan en la mitad del cuadrilátero y se van golpeando los riñones a la espera de que la campana interrumpa el inútil castigo, y confiando en que los jueces puntuaran por simpatía o por tongo y no por merecimientos, los candidatos habituales a las elecciones catalanas van asomando a la pantalla sus rostros desdibujados por el sudor y la fatiga, para cumplir con el ritual al término de una jornada de escasa participación, y dejar constancia del desgaste de una campaña apretada, árida y agria, en la que todos participaron con los ojos fijos en el espejo retrovisor y no en el camino, envuelta en rumores de presuntas estrategias ajenas al debate, con el clientelismo y el despojo como único mensaje subliminal. Uno a uno van compareciendo ante el desasosiego de la ciudadanía, que los ha votado o no, pero que quisiera ver un espectáculo menos ficticio, y suben al estrado a recoger el magro premio o el accésit concedido a su persistencia y su impasividad, no se sabe si satisfechos o derrotados, pero sin duda firmemente decididos a no abandonar una posición conseguida con demasiados empujones, intrigas y zancadillas como para cederla o compartirla o dejarla a corto plazo. Los acompaña un séquito de sombras que no deja entrever fisuras por las que asomen caras nuevas, y los jalea con sordina una militancia visceral y parasitaria, sin ilusión ni proyecto ni futuro digno de mención. Ante unos medios de información previsiblemente serviles de quienes los crearon y aún procuran su manutención, pronuncian las frases de rigor con la boca suelta y la mirada inquieta, más temerosos de la conjura entre sus propias filas que de unos rivales paralizados por idénticas preocupaciones, mientras urden combinaciones que responderán en las nubes a intereses extraños y en el suelo a cambalaches, y que pondrán de manifiesto que a fin de cuentas todo daba igual. Y así es, porque en definitiva no son malos chicos. Hacen su papel como pueden y cuentan con que las cosas sigan yendo bien, como han ido hasta ahora. Porque si un día vienen mal dadas, si hay un conflicto serio, o la economía hace agua, o descarrila un tren de cercanías, todos sin excepción perderían los papeles


Y ahora a continuación os dejo otro fantástico de Rosa Montero sobre la condena a muerte de Sadam Hussein que creo que resume en unas acertadísimas palabras lo que pensamos muchos sobre la pena de muerte:

SADAMIZAR (Rosa Montero)

Que no se nos olvide que Sadam Husein es un verdadero monstruo. El desastre bélico de Irak, las manipulaciones políticas de la crisis y el largo y turbio juicio nos pueden haber hecho creer que el antiguo dictador era ese viejo payaso que vociferaba insensateces ante el tribunal. Pero no. Sadam fue un tirano atroz equiparable a los asesinos más terribles de la historia, como Pol Pot, Hitler o Stalin. Como monstruo que es, me gustó verle sentado en el banquillo de los acusados, despojado de su poder mortífero. Pero ya ven: su condena a la horca me ha repugnado. Estos juicios políticos, y estas penas de muerte, terminan siendo sucias pantomimas del mundo de derecho que pretenden representar. También lo fue el juicio de Nuremberg, pese al horror criminal de los nazis. Al ejecutar a los asesinos, al comernos a los caníbales, como diría Borges, nos acercamos peligrosamente a ellos. La supresión de la tortura y de la esclavitud, el sufragio universal y la abolición de la pena capital son los cuatro pilares de la modernidad y del progreso. La tortura y la esclavitud fueron prácticas habituales hasta los siglos XVIII y XIX. Hoy hay un acuerdo mundial en contra de ellas y, aunque por desgracia esto no significa que no existan (ahí está la CIA pidiendo que se silencien las torturas, ahí están las esclavas sexuales), su ilegalización formal es un gran paso. En cuanto a las otras dos cuestiones, nos encontramos justamente en medio de la batalla para consolidarlas. Desde 1980 hasta 2000, 81 naciones progresaron en el camino hacia la democracia promoviendo importantes cambios legales. En la actualidad 140 países, de entre los casi 200 que existen, tienen elecciones multipartidistas: el sistema democrático avanza, aunque sea en forma precaria. Lo mismo sucede con la pena de muerte, que ha sido abolida desde 1990 por más de 40 Estados. Entre ellos destaca Estados Unidos, que es la única democracia desarrollada que respalda semejante infamia (en los últimos 30 años han ejecutado a más de 1.000 personas). Una vergüenza que nos ensucia a todos, de la misma manera que ahorcar a Sadam nos sadamiza

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