La frase más escuchada mientras veía esta película era: Pero, ¿otra vez?. Ese es el problema de riesgo de En el punto de mira, que cuando quieres visionar un argumento desde distintos puntos de vista, la gente puede llegar a cansarse de que se repitan los mismos acontecimientos y sólo se consigue que el espectador se libre del aburrimiento, si le presentas un ritmo diferente o le aportas cosas nuevas enseguida al argumento.
En mi caso, logró que me interesara por la historia y me llamaba la atención lo que ocurría en otros puntos de la trama central, pero entiendo que en la mayoría de los espectadores, la repetición destacara aún más que la propia trama. Un peligro que ensombrece el gran trabajo en conjunto de todos los actores, muy convincentes en cada uno de sus roles y también de una gran planificación que ponía la tensión adecuada a los momentos intensos de la historia.
Me gusta que ningún personaje destacara sobre otro y que las historias encajen perfectamente sin dejar un cabo suelto, quedando todo clarito al final, sin dar lugar a confusiones que entorpezcan el resultado de toda la trama.
Una intensa y buena película de acción para ver a buenos actores trabajando bien conjuntamente y para averiguar si te quedas en el lado de los que se agobian con repeticiones cansinas y los que aguantan hasta el final, con los ojos bien abiertos para no perder detalle de lo que sucede, disfrutando de lo que aparece en pantalla.
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