Poesía de verdad

Ya he reconocido en anteriores ocasiones que uno de mis miedos cuando admiro a alguien, es ese momento que llegas a conocerlo y lo tienes a escasos metros de tí. La imagen que se te puede crear de esa persona a través de sus letras se te puede difuminar en medio segundo, si al final no cumple tus expectativas.

Hoy he derribado uno de mis miedos tras escuchar anoche al gran Tontxu en mi bar de siempre, La bótica de Fuengirola.

Las casualidades del destino traicionero hicieron que cuando mi pareja oraculera decidió pasar unos días en Málaga coincidiera con el concierto de Tontxu y que uno de sus mayores seguidores incondicionales fuera mi amigo Rafa. Hasta el punto de saberse una de sus letras en vasco y cantarla al mismo son que él. Algo íncreible que me hizo también descubrir que aún por mucho que tú creas que conoces a una persona siempre te puede seguir sorprendiendo.

Se sabía las letras al dedillo, las cantaba con el mismo ímpetu que una servidora y tuvo una complicidad y una magia especial con él, que ya quisiera yo compartir con los artistas a los que admiro y que siempre me lanzo a comprar sus discos.

Y además de esa grata sorpresa, pude disfrutar de un concierto de cantautor propiamente dicho por primera vez en mi vida. La voz de Tontxu no suena aterciopelada, con matices ni con solos desgarradores. Lo que suena es la propia vida, la que te encuentras cuando sales de casa con los ojos medio vueltos para ir a trabajar, la de cuando no puedes dejar de mirar a una persona porque te encandila cada momento y la que te despierta una sonrisa por algo que te haya pasado con tus amigos.

Sin duda alguna, es poesía de verdad, interpretada con los gestos y sobretodo con la manera de decir las cosas. Muchos de sus mensajes son los que yo tengo en mi cerebro y no soy capaz de comunicar y a través de la música, como él ha manifestado varias veces, te puedes desahogar y él lo ha hecho en infinidad de ocasiones con temas que me tocan profundamente la moral. Esa Doble moral que presentó en el concierto, a la espera de la salida de su próximo trabajo, que espero que no le de con un canto con dientes sino que le sirva para tocar el cielo.

Gracias por concederme esas dos maravillas de canción que me emocionan profundamente y gracias a mi pareja oraculera por querer vivir ese especial momento para mí, a mi lado.