Hoy ha sido el día esperado de llegada de mis oraculeros madrileños. Mi único objetivo ha sido el que disfrutaran todo el momento y el máximo posible de sus vacaciones, y más si han decidido pasarlas en mi tierra.
¿Sabéis esos sitios a los que desde hace tiempo no váis y cuando decidís regresar ha cambiado tanto que ni los reconoces?. Me ha pasado en un pasaje muy famoso de Málaga que se llama Chinitas, donde recordaba tomar tapas de pequeña en un sitio que tampoco era muy caro y que por mi mala memoria, pensaba que era el propio Chinitas pero al ver la carta de precios, ufff. La cosa se ha distanciado bastante de lo que yo recordaba.
Lo bueno es que aunque hayan tardado ciento y la madre en servirnos hemos podido encontrar en el mesón del gran Carlos, un refugio para estar con ellos y contarnos nuestras cosas, reírnos y en definitiva, estar con ellos que era lo que necesitábamos. Ahora que los estoy conociendo más en este año, tengo mucha suerte de poder contar con gente en la que confío fuera de mi tierra y además con la gran calidad humana que ellos tienen. Tengo mucha suerte de tenerles como amigos.
Encima mi jefe ha tenido la osadía de comprarse la camiseta del Málaga, ideal para complementar su colección, asi que un buen souvenir que se lleva. Ya veremos que le encontramos a Almu, aunque por lo pronto ya tiene que ir preparando la garganta porque mañana nos toca concierto de Operación Triunfo.
Ya sabéis, nos volveremos a colocar el antifaz de jovencitas chillonas apasionadas para pegar botes y cantar hasta que nos escuchen cada uno de los triunfitos, pero sobretodo el hecho de poder vivir una experiencia de este tipo juntas que luego recordaremos y recordaremos y se quedará en nuestra memoria. Y encima también viene mi neni, no puedo pedir más
Del agua de un río, que busca su mar...
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