Nunca pensé que escribir sobre política me acercaría cada vez más a los 200 artículos, ahi voy, ahi voy, llegando...
Una cuando planea realizar un proyecto de este tipo, pues nunca piensa tocar temas muy serios a no ser que me toquen tanto, que llegue a estar afectada durante todo el día y me de qué pensar. Como fue cuando hablé del caso del Yak 42 y del caso Couso. Dos problemas que me han afectado más de lo que llegaría a pensar y de los que todavía no se han terminado de concluir como deberían, si las autoridades competentes tuvieran un poco de ética moral y aplicaran la justicia como es debida.
Pero en el día de hoy, he vuelto a escuchar en mis programas de humor favoritos y en los programas radiofónicos informativos que suelo escuchar, un nuevo capítulo de la crisis que está teniendo en estos momentos, el Partido Popular. No sé si es que el ámbito en el que yo trabajo, necesita siempre buscar las cosquillas en este tema, o realmente algo gordo está ocurriendo internamente en ese partido para que no se cese hablar de ello.
En cualquier caso, por un lado, creo que sí que se peca de dar excesiva importancia a estos hechos, cuando realmente se concluirá todo en el Congreso del PP que se celebra este próximo mes y ahi se podrán encontrar muchas de las respuestas, que en estos momentos, solamente se pueden suponer. Magnificar este tipo de problemas, no sé en qué beneficia, porque ya la gente se cansa de escuchar siempre lo mismo y opta por pasar del tema y preocuparse de otros problemas personales que sí que afectan. ¿O no es también igual de preocupante el estado de la economía española? ¿O el que muchos jóvenes no consigan un trabajo estable para poder comprar un piso y poder independizarse? ¿O que el 30% de los niños abandona los estudios al cumplir los 16 años?. Este es uno de los aspectos que menos me gusta de mi profesión.
Sin embargo, el hecho de que los dirigentes del Partido Popular no hayan sido capaces de derivar sus problemas hacia otros asuntos importantes, me da que pensar sobre la capacidad de liderazgo, tantas veces cuestionada, no sólo de Mariano Rajoy sino de los asesores y las personas que se encarguen en este momento, de tomar las máximas decisiones del partido.
Y analizandolo desde una perspectiva de una persona que tiene ideas muy contrarias a las que defiende el PP, creo que ese giro radical que están dando hacia la moderación, les puede resultar beneficioso de cara a próximas elecciones, puesto que con la tónica que estaban llevando, no estaban consiguiendo ganar más adeptos y perder de nuevo unas elecciones. ¿Cuál es el problema? Por un lado, que ese cambio llega un poco tarde y la gente está un poco desconcertada con las nuevas ideas que están defendiendo a las que hace unos meses les clavaba una estaca y por otro, las personas contrarias a ese cambio, suenan mucho más y son más escandolosas de cara a la opinión pública y perjudican ese proceso.
Por tanto, se debía haber asesorado de una mejor manera para llevar a cabo este replanteamiento, en lugar de disipar tantas dudas. Unas dudas que confirman que la capacidad de liderazgo tan mencionada del señor Rajoy se merma cada vez más y ya no hay nadie que crea que puede volver a tomar las riendas del barco.
Ahora escuchas que aceptan los pactos que antes ni querían ver, y no te lo crees. Ése es el máximo problema, la falta de credibilidad compensada con un Rajoy, que no quiere darse cuenta que ha cumplido una etapa que no ha sido capaz de superar.
Y es que, en política, las personas que son elegidas a dedo, nunca pueden funcionar a gusto de la democracia.
2 comentarios:
Ole ole y ole, cuanta razón tienes, la gente ya se cansa cada vez más de lo mismo!
chapeau pour toi!
Curioso que siendo politicamente opuestos (si, soy de Derechas, que le vamos a hacer, algo malo tendría que tener tu jefe...) en tus divagaciones hay más verdad que en toda la tontería que se traen estos "mequetrefes" por llamarlo de una manera suave, y es que, jugar a "yo quiero el poder" y "tu no" no es un juego demasiado divertido para los votantes...
Por otra parte, Rajoy sabía de sobra que con su cara de palo, y su diálogo con la boca llena de fideos no iba a llegar muy lejos, espero, por el bien del PP (o de lo que se acabe conviertiendo) que Gallardon le acabe comiendo el terreno.
Un beso gordito para ti, y otro para el "peluo" :)
Publicar un comentario