A grandes males, grandes remedios. Después de sufrir con la comedia tonta del año, me llevo una nueva buena sorpresa con un film sobre policías corruptos y bien es cierto, que este tema últimamente me atrae mucho y sobretodo si está tan bien dirigido y llevado como ocurre en el caso de Dueños de la calle.
Con un plantel de buenos actorazos, la película se nos presenta sin tener pinta de moraleja de que hay que sobrevivir y que hay que hacer lo que sea fuera de la ley para salvar a los ciudadanos, más bien se centra en el personaje de Keanu Reeves, quién asume esa doctrina pero nos importa más cómo la lleva a cabo y el entorno en el que envuelve, más que un mensaje del "todo vale" en la polícia.
Cada uno de los personajes tiene su rol muy bien interpretado, y aunque sepas a medida que va avanzando la historia, quién traiciona a quién y quién está metido en donde no debe, lo cierto es que da igual porque gracias a una buena atmósfera a los Sidney Lumet en la que nos adentramos en la historia y al buen desarrollo de ella, disfrutas a cada instante de lo que le sucede al protagonista, aún temiendo lo que va a suceder.
David Ayer logra construir gracias a su buena historia y a un reparto exquisitamente bien elegido, que se complementan a la perfección y que logran causar las emociones adecuadas al espectador, una nueva muestra de que este tipo de género sigue vivo y tardará mucho en extinguirse.
Por cierto, Keanu ha escalado muchas posiciones en mi lista de actores predilectos, le echaba de menos, la verdad.
Leer critica Dueños de la calle en Muchocine.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario