Ehh, que ya os estoy viendo las caritas. La cosa no va por ahi, ni por supuesto lo contaría por aquí.
Se trata de una nueva experiencia a la que añadir a mi arcón. He ido por primera vez a un casting para un concurso de televisión.
Véreis, yo era de esas ilusas que decía cuando era pequeña: En cuanto cumpla los 18, me apunto a todos los concursos. En esos momentos, mi mayor ilusión era poder presentarme a El juego de la Oca y pensé que duraría todos los años posibles, hasta que yo cumpliera la mayoría de edad. Pero no. Cuando llegó la edad fatídica, entraron las pretensiones y los objetivos típicos de la edad del pavo y como que de los concursos ya pasé un poquillo.
Eso fue hasta que en el mes de enero, cuando estaba sin trabajo, en una de esas mañanas en las que no hay nada que ver en la tele, me detuve en un concurso de la Primera, que consistía en rellenar diversas listas. Me llamó la atención y poco a poco, me enganché, no se si por la dinámica, los temas que aparecían, no sé. Me gustó.
Cuando conseguí mi trabajo actual, no podía permitirme no ver ese concurso que tanto me había entusiasmado y sobretodo recordado esa ilusión infantil, así que desde entonces me grabo todas las mañanas el concurso y lo veo por las noches. Y me emociono yo sola y les grito por ser tan torpes y todo.
En un concierto del que os hablé hace poco en el Carpena junto a mi madre y mis tíos, comentamos en plan de broma que tanto mi tío Fali como yo, deberíamos ir a ese concurso porque arrasaríamos seguro ya que nos complementamos en cuanto a temas diferentes, y cada uno aportaría el tema que no sabe el otro.
Y dio la casualidad que una compañera mía de la facultad es productora de ese concurso y nos mandó a unos cuantos de la clase un email, en el que decía que iban a hacer un casting para La Lista en Málaga. Yo, ni corta ni perezosa, llamé a mi tío, que aceptó la propuesta, y le mandé un correo pidiéndole que nos guardara una hora.
Hoy he pasado esa experiencia y la verdad es que, el ir simplemente a disfrutar, ha hecho que se me vayan todos los nervios de tener delante una cámara, (que me dan pavor, por eso me quise dedicar desde siempre a la radio, que los micrófonos son siempre más agradecidos) y con un poquito de improvisación radiofónica, he intentado trasladar la magia de la radio a la tele, que buena falta le hace.
¿Qué si paso o no paso?. La verdad es que me da igual, lo cierto es que he aprendido que las cosas no las tienes que tomar en serio para que te salgan bien, sino pensarlas con calma y actuar más bien por instinto y de la forma más acertada que es como bien decía mi mago de la radio, Ivan Díez: la mejor improvisación es la que está preparada
1 comentario:
JAjajajaja, seguro k os llaman ya mismo, ya verás.
A mi padre no sé pero a ti seguro, a ver si te forras y nos vamos cada viernes a comer a un restaurante de cada país XD
Ciaoooooo
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