No soporto el que no se cuente o se denuncie algo en concreto en una historia cinematográfica. Las imágenes y las interpretaciones son de ensueño y te enmarcan en esa atmósfera idílica de cómo se quieren y cómo sufren por tener que vivir separados tras casarse. Pero ¿qué me ha querido transmitir el director?. Aún recapacitando después de verla, sigo sin saberlo y es lo que me parece más decepcionante de esta película.
Eso sí, John Lithgow y Alfred Molina, quienes creo que no han tenido la oportunidad antes de interpretar a dos hombres que se quieren, son magníficos. Demuestran naturalidad, no van al estereotipo y cumplen el cometido sincero de creermelos desde la primera escena. Te palpita el corazón cuando a través de la música, el único gran acierto de "El amor es extraño", se dicen sin hablar lo que sienten y cómo comparten los momentos que logran estar juntos.
Vivir eso es muy sensible, al igual que en mi caso, descubrir a John Cullum y Darren Barrows, mis Holling y Ed de mi adorada "Doctor en Alaska". Están prácticamente iguales y ha sido muy especial para mí, recordarles después de tanto tiempo revisionando ese pueblo de Cicely y esa serie que tanto me ha marcado.
Lo mejor de esta película reitero que es la música, más que acertada esa banda sonora y en la mayoría de los casos, la salvación de muchas escenas que perdían su importancia a medida que sólo pasaban fotografías de paisajes sin que ocurriera absolutamente nada. Entre las voces y tras investigar, me cercioré que había escuchado a mi Nina Simone con este tema
Nota: 3 Arcones
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