En cada ocasión que podía verle en una fotografía como ésta, pensaba, no miente, es una persona que no engaña y cree firmemente en lo que expresa. Rostro amable y conciliador cuando podía haberse rebelado y manifestar un odio acérrimo con el mundo.
Yo he llorado porque le necesito y porque le voy a necesitar. He sentido su pérdida porque era de los pocos que aún podía transmitir algo de verdad en la política, pero también siento que generación tras generación nadie va a poder olvidar su sabiduría y su mentalidad única y que todos deberíamos seguir en todos los momentos de nuestra vida.
Me quedo con una de sus frases que más me inspiraron y con la que finalizaba uno de mis programas de "Esperándote": “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
Descansa en paz que te lo has merecido. Hoy es un día triste para mí pero estés donde estés, te estarán queriendo desde que llegaste.
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