Esta película es una gran obra maestra de Robert Redford. No sólo sorprende por su gran trayectoria como actor, sino que con Leones por corderos, nos descubre también a un gran cineasta, capaz de criticar la actual situación que vive Estados Unidos con respecto a su actuación en Afganistán, de una manera soberbia. Junto a Clint Eastwood, son los que mejor están desarrollando historias críticas hacia América con sus filmes.
La trama se desarrolla en tres historias, que al contrario de lo que sucede en la mayoría de las películas, en esta ocasión no es necesario que se entrecruzen, aunque tienen que ver, sino que te ofrecen tres mensajes distintos para que se reflexione sobre ellas. En una, un senador sorprendentemente bien interpretado por el señor cienciólogo Tom Cruise, intenta manipular a una periodista para que hable bien sobre las actividades que está empezando a desarrollar en la guerra.
En otra, vemos como dos voluntarios se deciden a participar en la guerra para luchar en lo que creen, aunque verdaderamente no se den cuenta que su lucha tiene poco que ver con lo que simboliza donde se están metiendo.
Y en la última, un profesor ve en un alumno suyo una mente brillante desaprovechada que intenta enderezar.
Lo bueno de la película, es la manera en la que se transmite el mensaje y las buenas interpretaciones que se llevan a cabo. Además, tiene un ritmo muy ágil con lo cual no se te hace para nada pesada y logra que se te quede un buen sabor de boca al salir de la sala de cine.
Espero que el señor Redford siga por esta tónica de mezclar leones por corderos...
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