Hubiera sido una buena trama para los amantes de las películas más romanticonas sino llega a ser por el mal desarrollo de la misma.
Se juntan los dos factores principales: dos almas perdidas con problemas familiares que por mucha casualidad coinciden en el mismo lugar. Una casa cerca de la playa de ensueño con unos colores azules apasionantes, que es sólo un mísero ejemplo de la fotografía tan fantástica que tiene la película.
En principio, la historia de ambos nos resulta entrañable y la vivimos apasionadamente, hasta que la traca final te deja a dos velas y sin mucho sentido porque no le da valor a lo que estaba intentando transmitir la historia.
Es curioso que Richard Gere y Diane Lane coincidan de nuevo en una película enamorandose, justo después de serle ella infiel en la película de mismo título que ambos protagonizaron, "Infiel". Su química es buena más por parte de ella que de él, pero tampoco importa porque el entorno favorece al amor que intentan reflejar.
Así que nos quedamos con un mal sabor de boca por su consecución final pero al menos te conformas con ver en acción a un madurito interesante como Richard Gere, una delicia de actriz como Diane Lane y un lugar de ensueño para pasar una noche de tormenta.
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