El domingo por la mañana fui a ver esta fantástica película en la que Renée Zellweger nos demuestra como una mujer sensible puede sacar las fuerzas necesarias para conseguir lo que quiere y que no son siempre las mujeres frágiles que se nos muestra muchas veces en la gran pantalla.
Ella interpreta a Beatrix Potter, una creadora de cuentos infantiles que pertenece a una familia acomodada londinense que no hacen mucho aprecio a su trabajo. En un golpe de suerte, consigue que una famosa editorial publique uno de sus cuentos y resulta todo un éxito.
La película tiene muchos ingredientes que la hacen entrañable para el espectador. En primer lugar, unas magníficas interpretaciones en las que destacan la química entre Renée Zellweger e Ewan Mcgregor, como ya demostraron en Abajo el amor, la relación de admiración mutua y posteriormente amor la verdad es que preciosa y como no, una gran Emily Watson que hace un personaje bastante carismático y diferente a las mujeres de esa época y lo hace muy suyo y queda genial en las escenas en las que aparece.
También hay que destacar el gran trabajo de fotografía, porque muestran unos paisajes increibles mezclados con unos decorados muy apropiados de la época que te meten de lleno en la historia que se va narrando. Si a esto le añadimos que el ritmo de la película es muy continua y para nada se te hace lento ya que te va mostrando la historia de esta escritora con muchas sorpresas y con unas escenas muy bien escogidas.
Es una película para quien le pueda gustar la vida de esta escritora y que quiera entretenerse viendo una buena historia. Además, de para las fans de Zellweger, entre las que me tengo que incluir.
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