He cambiado una mañana de sol, desayunando en mi futuro piso por una mañana levantandome en un piso que se perfectamente que no es el mio y que tengo ganas de destruir.
He cambiado unas calles en las que saludaba a la gente para dar un simple buenos días a caminar con la cabeza abajo e intentando llegar a los sitios lo antes posible sin tener que hablar con nadie.
Hace unos días, una chica muy amable intentaba ayudar a mi suegra a que se comprara un traje a su gusto y ayer una chica intentaba imponernos una lengua hablando nosotros la que tenemos y la que queremos tener.
He cambiado unas horas tomando café con mis amigos, haciendo crucigramas y equivocándolos para que no logren hacer los sudokus, mientras nos contamos nuestras cosas siempre acompañadas de risas, por venirme a una biblioteca fria a ver cosas de internet sin posibilidad de comunicarme con nadie.
He cambiado a mi mejor amiga y hermana, que la adoro y la quiero muchísimo y que sin ella no conseguiría tener la fuerza y la alegría que me hacen falta cada día, por estar separada de ella y pensar como estará en cada momento, únicamente pensando en ella.
Y también lo más importante es que he cambiado unos sentimientos que no pensé que tenía tan profundos por unos en los que extraño demasiado a mi familia, mis amigos y esas pequeñas cosas que formaban parte de mi vida sin que yo me diera cuenta y que ahora las necesito más que nunca.
El curso de radio me aliviará y los minutos que van pasando tan rápido hasta el día que vuelva y no tenga que cambiar nada de nada, también.
Barcelona es una ciudad bonita que ya me ha enseñado lo que tenía que saber, la morriña se quedará conmigo hasta que definitivamente logre que desaparezca, mientras tanto sabed que os llevo en el corazón y que estaré bien gracias a mi niño que me da todo lo que necesito y os suplanta de maravilla hasta que pueda encontrarme con vosotros.
Os quiero.
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