sábado, enero 17, 2015

Crónica "San Bernardo"

Ha sido una verdadera lástima el final de esta obra de teatro. Se planteaba, como bien nos comentaba el director en la mañana del estreno, una buena situación de comienzo con una familia con personalidades muy diferenciadas que cruzaban sus propias acusaciones contra sí mismos.

Destacada la madre, católica ferviente y creedora de la razón absoluta sobre cómo tiene que actuar la sociedad, un hijo que vuelve de estudiar en Nueva York y cede a la vagancia y falta de ánimo que provoca la situación laboral de ese país y un padre que le trastocan los planes antes de cómo lo tenía previsto, indemnizándole después de que se privatice la empresa donde ha estado trabajando toda su vida.

La escenografía con pocos elementos y nada costosos, haciendo ver al espectador esa casa humilde que huele a muebles antiguos, nos mostraba unas buenas interacciones entre estos personajes tan contrarios. Hablan de lo que se supone que es bueno para un país, de ideas que tienen que imperar en nuestra sociedad y cómo podemos volvernos locos por un partido de fútbol antes que por la propia situación de muchas familias.

El humor es muy ligero porque la intensidad dramática viene fuerte. Las interpretaciones tanto de Cristina de Inza, Román Reyes y Ángel Pardo son soberbias. Yo me he quedado gratamente sorprendida por cómo han interpretado estos papeles tan complicados y con tanto realismo negativo y con pesadumbre. Los he descubierto y me los guardo para estar pendiente de cómo evolucionan sus carreras.

Pero cuando a una buena historia le falla su final, lamentablemente es lo que más se recuerda. Puedes empezar mal una historia y si la rematas con un buen final parece que se pueda perdonar el comienzo, pero al revés es más complicado.

Le buscaré en mi mente mi propio final

 

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